La leyenda de la campana guardián

La leyenda de la campana guardián
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El otro día visitando en taller de NookBikes me di cuenta que varias de las motos que había allí tenían una pequeña campana colgando entre las horquillas de la moto. No puede por menos que preguntar a Tomas que comenzó a contarme la leyenda de la campana. ¿La conocéis? ¿No? Pues pasa y lee sobre este curioso amuleto.

La campana guardian

Como toda leyenda el tiempo se encarga de distorsionarla y hacer más de una versión sobre la misma simbología. Así, para explicar el amuleto de la campana os podéis encontrar historias sobre un motero solitario en un viaje a Méjico, de espíritus o Gremlins del camino o incluso qué significado tiene pulir la campana, pero todas ellas tienen el mismo denominador común,la campana. E incluso una misma conclusión.

Como os digo la leyenda original básicamente nos cuenta que el propósito de la campana es protegernos de los espíritus diabólicos de la carretera. La leyenda cuenta que los espíritus malvados se han intentado “enganchar” a las motos desde que nacieron las primeras motocicletas. Estos espíritus malvados son los responsables de las averías mecánicas y de la mala suerte que puedas tener durante el viaje. Sigue contando la leyenda que para poderte librar de estos espíritus hay que colocar una pequeña campana en la moto ya que su constante repicar les vuelve locos y así caen de la moto al suelo. Incluso nos insinúa, que los baches que te encuentras por la carretera son causados por estos espíritus al caer de la moto. Y por supuesto el poder de la campana se multiplica cuando alguien te la regala.

Pero, lo que sin lugar a dudas es cierto de toda esta leyenda, es que si alguien te regaló esta pequeña campanilla, esa persona te aprecia y se ha acordado de ti tratando de desearte lo mejor para cuando estés sobre tu moto. Y todo ello, independientemente de si la leyenda dice que hay que colocarla en el lado izquierdo o lo más abajo posible de la moto, o si el poder de la campana lo descubrió un viejo motero en Méjico que llevaba regalos en las alforjas, o si puliendo la campana recuerdas a los moteros fallecidos.

En esta ocasión, según mi modo de entenderlo, el gesto es lo que cuenta.

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