Max Wrist es el popular 'youtuber' que se juega el pellejo en cada salida. Hace poco un amigo suyo casi no lo cuenta en un accidente, y dos días después se compraba una nueva CBR. En resumen: descerebrados por las motos, pero no son los únicos.
En Italia, un grupo de moteros que estaban de ruta, trataban de imitar al mítico youtuber estadounidense, y la jugada les ha salido bastante mal. Se grabaron, lo subieron a internet y ahora la policía les ha trincado hasta el punto de que la multa pica mucho, y huelen la cárcel muy de cerca.
Adelantando a más de 230 kilómetros por hora
Muchos se piensan que la impunidad en internet sigue existiendo, como hace casi 20 años, pero no. Grabarse en moto en pleno 2023 ejemplificando con una conducta temeraria tiene consecuencias, y muchas. Que se lo digan a este grupo que se dedicaba a subir vídeos a YouTube.
La ley está al acecho en cualquier parte de Europa, y estos delitos son tomados en serio. En junio, un grupo de cuatro moteros comenzaron a publicar sus hazañas a YouTube, y empezaron a subir como la espuma con el paso de los meses. Sin embargo, la aventura no les ha durado mucho.
Se grababan conduciendo de forma temeraria y a velocidades excesivas en algunas rutas de Italia. Carreteras secundarias, valles... El escenario perfecto de curvas si no fuese por todo lo que grababan: adelantamientos peligrsosos y velocidades que alcanzaban los 236 kilómetros por hora.
El vídeo logró gran cantidad de visitas por su título: "Seamos delincuentes en Val di Cembra", pero solo una de ellas les sirvió para ganarse una visita de la policía.
El vídeo fue eliminado de las redes sociales y YouTube, pero la policía italiana guardó a buen recaudo una pequeña parte de él, y lo han resubido a YouTube como prueba del delito, y para concienciar a los demás moteros sobre este tipo de conductas.
Como resultado final, los cuatro moteros se enfrentan ahora a múltiples cargos por conducción temeraria. En Italia estas multas van hasta los 20.000 euros y un año de prisión, además de la posible pérdida de su permiso durante un máximo de tres años. Y por supuesto, han dicho adiós a sus motos, que han sido confiscadas.