Israel se adelanta y ya exige un carnet específico para conducir bicicletas y patinetes eléctricos

Según recoge la revista oficial de la Dirección General de Tráfico, Israel ha sido uno de los primeros países en implantar una medida efectiva contra el desconocimiento de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), al establecer un carnet específico para bicicletas y patinetes eléctricos.

Esta medida ha sido implantada como respuesta a la proliferación acelerada de vehículos de movilidad alternativa y a los usos incorrectos que sus usuarios están haciendo de los VMP. A través de una formación mínima buscan reducir las potenciales situciones de riesgo. Menos es nada.

Israel, al frente en regulación de bicis y VMP

Para la obtención de esta licencia será necesario aprobar un examen únicamente teórico que consta de 30 preguntas sobre normativa de tráfico, Seguridad Vial y derechos de los peatones. Antes de poder presentarse al examen los interesados tendrán que pasar un curso específico en los centros de formación autorizados.

El objeto de este carnet es para formar a todos aquellos jóvenes a partir de 15 años que quieran iniciarse en la movilidad y para todos aquellos adultos que no tengan ninguna formación sobre Seguridad Vial. Al fin y al cabo tanto las bicicletas como los VMP son vehículos y deben atenerse a las normas de circulación, y cualquier formación por poca que sea será mejor que ninguna formación, además de así evitar la manida excusa del desconocimiento de la norma.

Además, en Israel desde el otoño de 2018 se ha impuesto la obligatoriedad del uso del casco y chaleco reflectante en las horas de poca luz. No llevar puesto el casco puede suponer una multa de 260 dólares y la retirada de la bicicleta.

Aún más severos se han mostrado con los excesos de velocidad, puesto que si cazan a un usuario de estos medios de transporte por encima de los 25 km/h (velocidad máxima permitida) se le podría retirar la posibilidad de obtener licencia para otro tipo de vehículo durante 12 meses. También se han recogido las sanciones por llevar pasajero, dar positivo en alcoholemia, usar el móvil en marcha o saltarse los semáforos.

Esta respuesta normativa supone los primeros pasos de un ordenamiento legal que de momento está en pañales a nivel global. Los tres fallecidos y 273 accidentes que hemos contado en España relacionados con el uso de patinetes eléctricos en 2018 han llevado a la DGT a reclamar un nuevo marco legal que tiene que iniciarse desde Bruselas con una normativa comunitaria.

Otros países de nuestro entorno han iniciado una senda que ataja el mal de raíz. Mientras las bicicletas más o menos cumplen las normas de circulación, los usuarios de patinetes eléctricos que hacen un mal uso de los VMP han llevado a Reino Unido a prohibir su utilización en vías públicas. En Alemania su uso en aceras y zonas peatonas les está vetado, al igual que en Francia.

Precisamente desde el país galo hemos escuchado la voz más tajante al tildar el crecimiento de los patinetes eléctricos de "anárquico". Esta afirmación viene motivada por la proliferación descontrolada de estos VMP a través de las empresas de sharing con 20.000 patinetes en un año sólo en París o los 8.160 que se repartieron por Madrid tras la retirada para intentar acotar el descontrol al que se había llegado.

Ahora, los patinetes compartidos siguen siendo un negocio interesante como demuestra el interés de actores que entran al mercado como Acciona, Uber, Cabify o fabricantes como SEAT, Ford, BMW y Volkswagen, pero al mismo tiempo requieren un marco legal necesario y la responsabilidad (y formación) por parte de sus usuarios para hacer un uso correcto y no generar situaciones de riesgo.

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