La primera victoria de Maverick Viñales en MotoGP y el híbrido entre cigarra y hormiga

Puede que te parezca algo muy lejano en el tiempo, pero Maverick Viñales sólo lleva en el Campeonato del Mundo de MotoGP desde 2011. Esta es la sexta temporada dentro del circo para el piloto de Figueres y si no fuera porque está escrito en los libros diríamos que lleva mucho más corriendo.

Tiene 21 años y ya es su segunda temporada como piloto oficial de MotoGP, y al ver como logró su primera victoria en la carrera de ayer del Gran Premio de Gran Bretaña los arranques de infantilidad que en un momento empañaron su trayectoria se difuminan en el pasado. La velocidad en la progresión del 25 nos haría pensar en que quema etapas demasiado deprisa como la cigarra del cuento, pero esta historia tiene mucho mas de hormiga trabajadora y constante, aunque muy veloz.

Trayectoria de campeón

Máverick Viñales apareció en el mundial por primera vez en 2011, el último año de las motos de 125 cc en el Campeonato del Mundo. Un impetuoso, valiente y muy, muy joven Mack rompió todos los esquemas al terminar en tercera posición su primera temporada completa. La novena posición en el GP de Catar fue una toma de contacto y sólo tres carreras después conseguía su primera victoria mundialista en el GP de Francia.

2012 fue el año del desconcierto absoluto. No por ser la primera temporada de Moto3 (¿dónde quedó la idea de unas 250 cuatro tiempos de precio contenido?) sino por nadie, ni siquiera el propio Viñales, estaba preparado aún para un talento tan precoz. El año anterior en Le Mans ya se convirtió en el español más joven que conseguía ganar, pero aún no estaba listo para la presión de optar a un campeonato.

Alineado en las filas del Blusens Avintia y con opciones a todo en el campeonato, Viñales rompía su relación de forma unilateral nada más llegar al GP de Malasia. Con un cabreo monumental y pueril a partes iguales, el 25 no aceptó que su FTR-Honda no corriese como el resto de motos y asegurando que el equipo era de tercera. En el mismo arranque impredecible también zanjó su relación con Ricard Jové, quien hasta entonces había sido su mánager.

Aquel arranque nos hizo pensar en la imagen de cientos de puertas cerrándose con violencia, pero lo que 2013 nos deparó fue una verdadera joya de temporada. Ese año Maverick Viñales, enclavado en el Team Calvo y sobre una KTM full, Alex Rins y el malogrado Luis Salom nos regalaron una bellísima temporada en la que el título se decidió del lado de Viñales al adelantar en la última curva del GP de Valencia a Rins. Todas las dudas sobre los prontos de Viñales se esfumaron en una temporada en la que la regularidad y la constancia fueron sus fuertes, sumando más podios que nadie (15) pero con menos victorias que el resto (sólo tres).

Para el año siguiente ya tenia cerrado el acuerdo con Sito Pons para correr en su equipo de Moto2 montado en una Kalex pata negra. El acuerdo sería inicialmente por dos temporadas pero un nuevo rookie del año en su haberal acabar tercero de la general con cuatro victorias, cuatro segundos y un terceroaceleraba las cosas.

El potencial de Viñales parecía desprenderse de las manos del aún joven piloto y Davide Brivio lograba hacerse con los servicios de Mack, confíando en él y en Pol Espargaró la vuelta a la escena de la Suzuki GSX-RR.

En 2015 tocaba adaptarse. MotoGP son palabras mayores, los neumaticos ,la electrónica y, sobre todo, una Suzuki que aún no estaba al 100% con un motor falto de prestaciones, sin cambio seamless... Aun así ya pudimos ver un apunte de por dónde estaban yendo los tiros.

2016 está confirmando que Viñales no sólo es joven y rápido, sino que también es trabajador, técnico y eficiente. Está desarrollando toda una MotoGP y lo está haciendo de una manera fantástica, paso a paso y progresando siempre en positivo.

De nuevo Le Mans fue su talismán y en el circuito galo nos hizo vibrar con el primer podio de Suzuki en su vuelta a MotoGP, la primera botella de espumoso para Suzuki desde el GP de la República Checa de 2008. Pero la fiesta no ha acabado aquí, porque ayer Viñales logró un gesta soberbia.

En un circuito que en principio no favorecía a la Suzuki, con una carrera en seco, con una elección de neumáticos acertada y arriesgada al mismo tiempo, Mack salió como un rayo azul, se puso primero y empezó a meter segundos a todo el mundo con un ritmo endiabladamente rápido y constante.

La intensa batalla que vivimos durante toda la carrera por el podio casi nos hizo olvidar a un Maverick que entre lágrimas cruzaba la línea de meta sumido en la más clamorosa de las ovaciones. Con una actuación sublime Viñales ganaba su primera carrera en MotoGP y la primera para Suzuki desde que Chris Vermeulen ganase en Le Mans 2007.

Maverick Viñales:

Es una sensación increíble. Por esto es por lo que he luchado tanto, es un sueño hecho realidad. En una carrera increíble, donde he manejado mis tiempos durante todas las vueltas. El equipo ha trabajado muy bien y ha trabajado mucho así que estoy muy agradecido.

Cuando llegué el viernes sabía que podía ganar porque Silverstone siempre me ha gustado y la moto ha estado a un nivel muy alto. Espero mantener el nivel y dar muchas alegrías más a Suzuki.

Bueno, es seguro que Viñales nos va a dar muchas mas alegrías en un futuro próximo, pero no sé si serán para Suzuki. En 2017 el dorsal 25 se subirá a la Yámana YZR-M1 de Jorge Lorenzo, un cambio de moto que desatará todo el potencial que Mack tiene encerrado.

No creo que tenga ningún problema en su paso a Yamaha, quizá sea uno de los pocos pilotos acostumbrados a cambiar cada temporada de moto. Sólo ha repetido este año en Suzuki, el resto de años ha sido un cambio constante entre Aprilia, FTR-Honda, KTM y Kalex, y siempre ha sabido ir rápido desde el primer minuto.

¿A que ya hay ganas de verle vestido del otro azul?

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