Ser motero no es comprarse la moto y ya; hay cinco cosas que todos deberían conocer antes de convertirse en moteros
Convertirse en motero no es simplemente comprar una moto y rodar (aunque para muchos sí). Es entrar en un mundo que engancha, pero también exige sacrificios, tropiezos y una enorme dosis de humildad. Esto es lo que casi nadie te dice antes de dar el paso.
Hay cinco cosas que, antes de empezar en este mundillo, me hubiese gustado saber. Nadie me lo contó; lo acabé descubriendo con el tiempo. Y sí, me hubiese gustado estar preparado para saberlo de antemano... Pero no. Ahora yo sí tengo la oportunidad de contarlo.
Cinco consejos vitales de alguien que lleva años montando en moto
"No seas materialista, el dinero no importa", dicen muchas veces. Pero ojo. Lo primero es el dinero. El precio de la moto es solo la entrada. Después llegan el casco, la chaqueta, los guantes, las botas, el seguro, las revisiones, los neumáticos que se desgastan más rápido de lo que imaginas y hasta un curso de conducción que debería estar en tu lista antes que cualquier accesorio. La moto no se mantiene sola y tu bolsillo lo descubrirá pronto. Prepárate bien si te vas a comprar una moto, aviso.
Que no te cuenten milongas; también chocará con tu vida personal. La moto quita tiempo, espacio y tranquilidad a quienes tienes cerca. Tu pareja o tu familia preguntarán si es seguro, si vuelves tarde, si llueve. Te presionarán muchas veces; más de las que imaginas. No es la moto en sí, es lo que representa. Te tocará aprender a negociar planes, a compartir tu pasión y, a veces, a ceder y no salir.
Luego están los errores. Elegirás mal la primera chaqueta, comprarás una moto que no se adapta a ti, te caerás en parado o te equivocarás de marcha en un momento clave. No pasa nada, todos lo hemos hecho. Lo importante no es no fallar, sino aprender rápido y con humildad. Porque conozco muchos casos de personas que se frustran y acaban vendiendo la moto. Si te gusta, no te pasará. O al menos prepárate para estar mentalizado de ello.
Porque con el tiempo también descubrirás lo que no te gusta. Al principio todo parece fascinante: viajes, curvas, grupos, ciudad. Luego verás que hay cosas que simplemente no son para ti. Quizá odies el viento en la cara en autopista o prefieras rodar solo en vez de con cincuenta motos los domingos. Saber decir “esto no” es lo que te llevará a encontrar tu propio camino en la moto.
Y, sobre todo, nunca dejes de aprender. La moto premia al curioso. Cuanto más sepas de técnica, seguridad, mecánica básica y hasta meteorología, más disfrutarás y menos riesgos correrás. Ser motero es un aprendizaje continuo de cursos, consejos, experiencia y kilómetros. La actitud de principiante nunca debería abandonarte.
Al final, nadie nace motero (de espíritu sí): se llega a base de caídas pequeñas, discusiones, sacrificios y descubrimientos. Y cuando por fin todo encaja entiendes por qué esa decisión irracional de subirte a dos ruedas vale más que cualquier lógica.
Imágenes | KTM, Motorpasión Moto
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