Yamaha prepara un giro histórico: si su MotoGP pasa a V4 en 2026, la próxima R1 podría romper con 27 años de tradición
Yamaha lleva años jugando a conservar, pero 2026 es el año en el que todo se empieza a mover. Su M1 va a convertirse en un V4 por primera vez en dos décadas y la pregunta cae sola: si la MotoGP abandona definitivamente el cuatro en línea, ¿por qué la próxima R1 no iba a hacerlo también?
No es una filtración ni un rumor loco: es la consecuencia lógica de un cambio estratégico profundo en Iwata.
El salto al V4 en MotoGP empuja a la R1 hacia su mayor transformación en décadas
La R1 nació en 1998 con un mantra que no ha tocado jamás: cuatro cilindros en línea, carácter de tetracilíndrica japonesa y un equilibrio muy suyo entre estirada y precisión. Incluso cuando Yamaha introdujo el crossplane, el ADN seguía siendo el mismo. Pero ahora la competición está empujando en otra dirección. La M1 V4 llega porque el paquete aerodinámico, la rigidez y la entrega de potencia de un motor más compacto lo exigen. Y cuando tu moto de carreras cambia, tu deportiva de calle deja de tener coartada para quedarse igual.
Un V4 en una futura R1 sería un salto histórico. Un motor más corto y retrasado cambia la moto entera: pesos, geometría, aerodinámica, electrónica y la forma en la que entrega cada caballo. El crossplane CP4 siempre dio mucha tracción y un tacto muy Yamaha, pero las rivales van en otra liga. Ducati y Aprilia han convertido el V4 en un arma total, y si Yamaha quiere volver a pelear por la parte alta, necesita algo más que tradición.
La hipotética R1 V4 buscaría más de 215 CV sin convertir la moto en una diva europea. Yamaha siempre ha jugado diferente: potencia aprovechable, electrónica fina y una puesta a punto que te deja ir rápido sin tener que ser piloto de test. Sería una deportiva con alma de MotoGP, pero con esa forma japonesa de entender la calle.
El contraste con Honda sería brutal. Llevan compitiendo en MotoGP con un V4 eterno, pero siguen defendiendo que una Fireblade de calle tiene más sentido con un cuatro en línea: más barata de fabricar, más fácil de refrigerar, más lógica para el día a día. Ellos reservan el V4 para piezas de museo como la RC213V-S. Kawasaki y Suzuki van por el mismo camino. Yamaha sería la primera japonesa en cruzar al otro lado.
Eso cambia el tablero entero. El mercado supersport quedaría dividido en dos mundos: Ducati, Aprilia… Y, quizá, Yamaha, compitiendo en ese particular nicho. En el otro lado, Fireblade, ZX-10R y GSX-R manteniendo la bandera del cuatro en línea como opción racional. Dos filosofías claras. Dos formas de entender qué debe ser una deportiva en 2026.
Y luego está otro detalle que nadie quiere mirar, pero está ahí: los chinos vienen. Si Yamaha modifica su R1 para convertirla en un V4 de nueva era, el listón sube. Y sube para todos. Ese movimiento podría marcar el fin de una etapa dominada por las tetracilíndricas japonesas y el inicio de una nueva generación de deportivas mucho más cercanas al paddock.
La decisión de Yamaha todavía no es pública, pero la dirección parece estar marcada. Si la M1 renace como V4, la R1 ya no podrá seguir viviendo del pasado. Y si llega esa R1 V4, será algo más que un modelo nuevo: será un cambio de era.
Imágenes | Yamaha
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