Joan Mir prolongó su idilio con el Red Bull Ring y ya sabe cómo son los podios de MotoGP

Fue en el Gran Premio de Austria de 2016 cuando el mundo conoció a Joan Mir. De repente ese chico de 19 años que aún no llevaba ningún podio en el mundial ganó la carrera de Moto3 con mucha contundencia en el Red Bull Ring. Comenzó un idilio del que se ha escrito otra página este fin de semana.

Mir volvió a ganar en 2017, el año que fue campeón, pero desgraciadamente la temporada pasada no pudo correr por lesión. Ha sido en 2020 cuando Mir ha debutado en el Red Bull Ring en la categoría de MotoGP y lo ha hecho por todo lo alto: segunda posición y primer podio desde que corre para Suzuki.

Suzuki es la cuarta marca que sube al podio en las cuatro carreras de MotoGP en 2020

Mir tuvo mucho ritmo todo el fin de semana, pese a que a priori las rectas del Red Bull Ring no son las mejores amigas de la Suzuki. Sin embargo el balear se las ha apañado para seguir el ritmo de las Ducati y las KTM y llevarse un podio que sabe a oro, especialmente después de un pésimo inicio de temporada.

Y eso que a Mir no le vino nada bien la bandera roja. De hecho, en la segunda carrera su compañero Álex Rins estaba por delante hasta que se fue al suelo: "Me sentía un poco mejor en la primera carrera que en la segunda, teníamos algo más", dijo Mir. Aún así, le pudo ganar la posición a Jack Miller en una última curva magistral.

"Creo que era la curva decisiva para tener una buena tracción y ponerme en paralelo. Me he puesto por fuera, y se ve que Jack ha escuchado mi moto, ha intentado un poco más y se ha colado un pelo, lo justo para que yo pudiera entrar", explica Mir con el poso de un veterano, más que el de un sophomore que acaba de subirse a su primer podio.

A Mir ya le tocaba este resultado. A Suzuki se le habían puesto las expectativas muy altas después de una formidable pretemporada, pero no estaban cumpliendo. Además, con Rins lesionado desde la primera carrera de Jerez, todos estaban mirando los fallos de Mir. Dos caídas en tres carreras sonaban demasiado feo para el único piloto sano de Suzuki.

"Hace un par de carreras que tenemos el ritmo, y siempre lo digo y lo vemos, que podíamos estar en el podio, pero por alguna razón siempre pasa algo, y entras en una espiral a veces negativa con caídas y todo esto. Ya era hora de romper esta mala suerte", comentaba un aliviado Mir tras la carrera.

Ahora toca repetición en el mismo Red Bull Ring, y qué mejor que refrendar el idilio con una victoria. No será fácil, pero ya hemos visto que Mir y Suzuki tienen el ritmo para intentarlo. Y la lluvia, si es que llega, podría ser una aliada par disimular las carencias en velocidad punta. Joan Mir ya conoce el sabor del champán de MotoGP.

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