La dejación de funciones de Fabio Quartararo y Maverick Viñales arroja la sombra de una duda sobre el futuro de Yamaha

El pasado invierno Yamaha dio un golpe sobre la mesa renovando a Maverick Viñales, ascendiendo a Fabio Quartararo y atreviéndose a moverle la silla Valentino Rossi. No fueron pocas las alabanzas que le cayeron a la marca de Iwata por la valentía y la destreza para firmar a la joven pareja de pilotos, a los que ofertas de otros fabricantes no les habían faltado.

Solo han pasado seis carreras desde entonces pero son suficientes para que el futuro de Yamaha haya pasado de ser brillante sin paliativos a tener una gran duda sobre la cabeza. Y es que el rendimiento de Viñales y Quartararo en 2020 está dejando bastante que desear, y ni siquiera Misano ha sido capaz de arreglarlo.

Quartararo se sabe el favorito sin Márquez y no está lidiando bien con la presión

Cuando empezó la temporada 2020 Viñales y Quartararo, pese a que este último está en el Petronas, eran los grandes señalados para cargar el peso del conteo de Yamaha en el mundial. No solo por representar el futuro de la casa, sino porque el año pasado fueron de los pocos que pudieron desafiar al mejor Marc Márquez en algunas carreras.

Confiar en Rossi para que sumase los puntos que hacía diez años atrás era descabellado. A sus 41 años, la edad ya lastra mucho a 'Il Dottore', que por mucho que tire de corazón y pundonor no le llega. En el caso de Franco Morbidelli, corre con la moto del año pasado, por lo que exigirle victorias no tiene mayor sentido.

Viendo el inicio fulgurante de las Yamaha y la superioridad mecánica que parecía tener la moto en ciertos circuitos (a una vuelta, pero también en ritmo), cuando supimos que Marc Márquez estaba lesionado y que se perdería gran parte de la temporada todos los ojos se pusieron en Viñales y Quartararo. A Andrea Dovizioso se le mantenía en la conversación más por respeto que por sensaciones.

Quartararo no defraudó en Jerez, mostrándose como el líder fiable que Yamaha necesitaba. Pero entró en un terraplén a partir de Brno. De Viñales todavía no hemos recibido ni una buena noticia en toda la temporada, salvo la de que aún tiene opciones de recuperarse. Parecía que Misano era un buen lugar para retomar la buena senda, pero ha cavado el hoyo aún más hondo.

Fabio Quartararo se puso nervioso y se equivocó. Se vio bloqueado por Viñales, alejándose del grupo cabecero, y quiso resolverlo todo en una vuelta. Apretó por encima de sus posibilidades y se fue al suelo. En una carrera en la que si algo estaba prohibido era fallar. Le falló la lectura: estaba delante de pilotos como Joan Mir o Pecco Bagnaia que al final terminaron en el podio.

'El Diablo' tenía ritmo de carrera para haberse ido con ellos y rescatar al menos un cajón que hubiese seguido dejando en el aire la pregunta de por qué Morbidelli le ganó con una moto más antigua, pero que como mal menor habría limitado los daños. Y en este punto es hora de preguntarse sin mentalmente Quartararo es un piloto campeón.

El francés llegó al mundial en 2015 con la vitola de futura estrella del motociclismo pero ha ganado más carreras en esta temporada que en sus cinco años anteriores en el mundial. No lucha por ganar un campeonato desde que estaba en el nacional español, donde arrasó con seis títulos en ocho temporadas. Pero era otra edad, otra exigencia y otra competencia.

Lo cierto es que sin Márquez, Quartararo parece haber perdido el desparpajo que tenía a la hora de buscar su trono. Como si estuviese más cómodo en el papel de revelación que en el del legítimo aspirante al título que es. Porque sí, sin Márquez el favorito es Quartararo. Y, aunque sea su segundo año y esté en un equipo satélite, si no gana este mundial dejará mella en su carrera.

Las elección de los neumáticos sigue trayendo de cabeza a Viñales

Si la situación de Quartararo todavía es reversible, la de Viñales empieza a volverse turbia. No solo porque tiene bastante más años de experiencia que el francés y está en el equipo oficial, sino porque da la sensación de que el español ahora mismo está totalmente perdido. No entiende por qué no le funciona la moto los domingos.

Después de Misano, además de abatido moralmente, Viñales reconocía que estaba muy confuso. "Es el problema de siempre, parece que la rueda trasera va sobre hielo. Toco gas y empieza a patinar. Pasa todos los domingos, igual que en Jerez. Ayer hice el récord del circuito, no puede ser que hoy se me haya olvidado pilotar", decía Viñales.

El español defendía su elección de los neumáticos, pero lo cierto es que de nuevo fue el único en salirse de la tónica general. Montó el duro trasero, mientras que la parrilla se dividió entre el blanco y el medio, que fue el que utilizaron sus tres compañeros de Yamaha. Viñales fue el único con duro atrás y sus problemas de patinaje en la rueda trasera reaparecieron.

El problema es que no es la primera vez en toda la temporada que le pasa, ni la segunda. En la carrera inaugural de la temporada, en Jerez y saliendo desde la pole, volvió a ser el único con un neumático diferente y desapareció de la lucha por la victoria. Exactamente lo mismo que hizo en Brno, donde acabó decimocuarto.

Lo de Viñales con los neumáticos está siendo un auténtico calvario porque, ya sea por decisión propia o por malos consejos del equipo, lleva tres de seis carreras en las que se equivoca montando algo totalmente diferente a lo del resto de la parrilla. En un año en el que hay mucho en juego, a nivel interno y externo.

"Todo el fin de semana ha sido perfecto. Llegamos a carrera y la moto no funciona", Maverick Viñales.

Por un lado, Viñales es el designado para llevar el peso del desarrollo de la moto con Rossi fuera de la fábrica, pero estos errores tan básicos no dan buena sensación de él en cuestión de conocimientos técnicos. Además, si Quartararo sigue demostrando ser más rápido, podría quitarle pronto el puesto de primer espada de Yamaha. Pocas opciones mejores que este 2020 va a tener Viñales de ser campeón.

Dovizioso no transmite sensaciones de campeón y Joan Mir puede ser el gran tapado

Así que, con los favoritos en busca y captura, el mundial está más impredecible que nunca. Cuánto se debe estar arrepintiendo Márquez de haber forzado para coger unos puntos que no hubiese necesitado. Se lo podía haber tomado con mucha calma y aún así regresar a tiempo de ganar el mundial más errático que se recuerda.

Ahora Andrea Dovizioso es líder, pero lo que transmite el italiano es de todo menos capacidad de ser campeón. De hecho, el único que ha transmitido esas sensaciones este año dentro de Ducati es Pecco Bagnaia. Lo hizo tanto en Jerez como ahora en Misano. Que lástima la avería y la lesión que le mantuvo tres carreras (muy favorables a Ducati) fuera. Quién sabe si ahora no sería un aspirante muy serio.

Como lo es Joan Mir. Al piloto balear le están dejando crecer y si coge confianza tiene una moto muy capaz de darle un susto a los teóricos favoritos. Lleva tres carreras consecutivas soberbias, solo necesita mejorar un poco en la clasificación y en las primeras vueltas. Pero Mir puede ser el gran tapado del mundial de los tapados.

Hasta nueve pilotos tienen opciones matemáticas de salir líderes de Misano. Incluido Takaaki Nakagami, que ni siquiera se ha subido al podio aún. Así de barato está el mundial por la dejación de funciones de Fabio Quartararo y Maverick Viñales. Veremos si en Emilia Romana se redimen o si dejan a MotoGP sumida definitivamente en el caos.

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