Una chopper con el motor de un Volkswagen Beetle es la moto más brutal que vas a ver hoy

Imaginar un motor de coche incrustado en el bastidor de una moto es una idea tan loca como fascinante. Al revés hemos visto varios inventos de creadores majaretas que han llegado a meter el propulsor de una Kawasaki Ninja ZX-10R en un Nissan Leaf (y funciona increíblemente bien).

En esta ocasión hablamos de la propuesta contraria: un aficionado al motor inglés le ha encajado el motor de un Volkswagen Beetle a una chopper... Y la combinación ha sido al principio frustrante, pero satisfactoria al final.

Arrancó a la primera, y fue capaz de llegar a los 100 km/h

Moto Volkswagen Beetle

Motos con motores de coche. Suena a desafiar las leyes de la mecánica y el movimiento. Quitarle el propulsor a un coche y ponérselo a una moto es, con diferencia, una de las tareas más complicadas que pueden existir. Aun así, hay algún fascinado en este mundillo que se atreve a ello.

En esta ocasión hablamos de un aficionado inglés, Paul Clark. De mente ágil y manos habilidosas, este jubilado se dedica a construir motos personalizadas por puro amor al arte, sin buscar ningún beneficio económico. Su predilección son los coches y las motos antiguas. Le ha conocido Bikeexif, donde puedes ver más fotos de la creación.

Con Clark haciendo las veces de cirujano; un Volkswagen Beetle y una roñosa chopper serán los pacientes y su pequeño taller siendo la mesa de operaciones el habilidoso aficionado se propuso meter el motor bóxer de cuatro cilindros refrigerado por aire de un VW en la moto. Ingenio (y muchas horas y paciencia) al poder.

Además es aficionado del ahorro, por lo que intenta gastar lo mínimo posible en sus creaciones. Así, en una de esas noches de internet se topó en eBay con el motor de un Beetle por 300 libras (unos 345 euros). "Sentado en el suelo de mi taller empecé a visualizar la moto terminada en mi cabeza", dice.

Problemas hubo muchos, como era de esperar. Uno de los retos más difíciles era acoplar la transmisión al motor; así que le trasplantó la caja de una fresadora mediante bridas concéntricas cortadas al milímetro. También adoptó un embrague, un volante de inercia y un alternador de una miniexcavadora. Un auténtico Frankenstein, pero funcionó.

Luego están los carburadores del coche, que reciben el aire de un colector hecho a medida. Podrás observar que los tubos que rodean al motor son enrevesados, pero en realidad forman el sistema de escape hecho a medida porque existía el riesgo de que quemasen las piernas del conductor.

Para el chasis también utilizó partes de una Honda Goldwing de 1983. El depósito quizá te suene: es el de una Triumph Bonneville, aunque recortado.  Como no le gustan las motos modernas, Paul le aplicó una capa de pintura para armas de fuego y la pulió al horno, dándole un aspecto envejecido a juego con el motor.

El resultado: funciona. "Sí, arrancó, qué alivio", dice. La moto rinde y es capaz de llegar a los 100 km/h, lo máximo que es capaz de exprimir el motor y la caja de cambios de cuatro marchas (y una marcha atrás, naturalmente). Y como detalle extra: la moto tiene su propio logotipo, que es el de VW pero al revés.

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