Yamaha X-MAX 400, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Siempre digo cuando me preguntan, que la cilindrada más equilibrada para un scooter es la que ronda los 300 cc. Y si además, como en este caso, contamos con un extra de cubicaje que se traduce en una conexión más inmediata entre el acelerador y la rueda trasera, ya podemos intuir que el radio de acción de la Yamaha X-MAX 400 se amplia enormemente.

¿Cuánto? Pues en mi opinión, hasta allí donde quiera llegar el piloto. Hombre, quizás ir hasta Cabo Norte es un poco excesivo pero si nos queremos mover tranquilamente por la Península, no he notado que vayamos a tener ningún problema ni limitación.

Yamaha X-MAX 400, ¿cuáles son sus límites?

Ya hemos visto que por carretera la Yamaha X-MAX 400 se defiende con soltura, disponiendo de un extra de aceleración para cuando lo necesitemos en caso de tener que realizar un adelantamiento. Pero además en autopista, mantiene cruceros de 120 km/h independientemente de la orografría del terreno que estemos recorriendo en ese momento.

Además, como no circulamos con el gas abierto completamente, en ningún momento forzaremos el motor ni nos dará la sensación de que la vamos a quemar con el paso de los kilómetros. El contar con el cuentavueltas en el cuadro nos ayuda a comprobar el correcto régimen de giro.

Por otro lado, la estabilidad está fuera de toda duda trazando los típicos curvones de autovía. De igual forma, las bañeras pasan bastante desapercibidas. Únicamente se puede resentir nuestra comodidad en algunos asfaltos bacheados. La Yamaha X-MAX 400 cuenta con un tarado bastante deportivo, y la suspensión puede parecernos un pelín tirando a dura. Ocurre lo mismo si pillamos una alcantarilla o similar por ciudad.

En cuanto a la protección aerodinámica, esta es buena y no se ha sacrificado la funcionalidad en busca de estética. La zona de la cabeza y hombros queda bastante protegida y no hemos notado rebufos extraños. Incluso teniendo en cuenta que el día que la probamos, las fuertes rachas de viento habían hecho acto de presencia en la costa.

Yamaha X-MAX 400, conducción deportiva a dúo

Tras recoger a nuestro pasajero, es hora de pasar bajo nuestra lupa el comportamiento de la Yamaha X-MAX 400 a dúo. Cuenta con un asiento algo más elevado, estribos retráctiles independientes y sendas asas a cada lado del colín.

El acolchado del asiento es un poco tirando a duro y al igual que ocurría con la Yamaha X-MAX 125, la posición de las asas se nos antojó un poco adelantadas respecto a la posición óptima sobre el asiento.

En conjunto, la postura es buena con bastante espacio para una circulación a dúo. No es necesario que nuestro pasajero tenga que ir pegado a nuestra espalda, y permite cierto juego juego en la postura a medida que pasan los kilómetros.

Fue una pena el problema de esta unidad con el caballete ya que no permitió nuestra búsqueda de sus límites en carretera. Únicamente pudimos forzar la Yamaha X-MAX 400 en las curvas a derecha y al final, encontramos su límite de inclinación aunque tampoco podemos decir que sea ese o con el nuevo caballete estará un poco más allá.

Por último, con el extra de peso e inercias, los frenos se siguen comportando correctamente. Un delantero que cumple y un trasero que podemos usar un poco más gracias al nuevo reparto de pesos.

Nos acercamos al final de la prueba y mañana, veremos más en detalle la capacidad de carga de la Yamaha X-MAX 400 así como algunos detalles y por último, nuestra valoración final.

Continuará...

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