LML Star 125 4T ART, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Es el turno de lanzarnos a lo loco por la autopista con la LML Star 125 4T ART. Y digo a lo loco, no por la velocidad que podamos alcanzar con esta pequeña “cientoveinticinco” sino porque tendremos que estar un poco tocados para meternos con ella por allí. No es que no pueda porque mantiene como por carretera cruceros de 70-90km/h sin problemas en función de la orografía, pero notaremos que no se encuentra en su entorno. ¡Con lo divertidas que son las carreteras convencionales que circulan paralelas!

Como sus compañeras de correrías que hemos probado en los últimos meses, hay que estar muy atento al viento lateral porque ofrecemos bastante superficie y sus ruedas de diez pulgadas no ayudan a mejorar la estabilidad a alta velocidad.

Circulando a fondo, como siempre va a ser como mucho cercana a los 100km/h, no tendremos grandes problemas con la protección aerodinámica. Solo quedará al descubierto de la mitad del pecho hacia arriba mientras nuestras piernas estarán resguardadas de las inclemencias.

Si nos encontramos con un repecho, veremos como la velocidad máxima decae y nos veremos obligados a reducir a tercera cuando la aguja marque unos 70km/h. Aunque nos parezca que el motor va muy revolucionado, no hay mayor problema y podremos ascender con tranquilidad manteniendo la velocidad.

LML Star 125 4T ART, con una rueda mirando al cielo

Recogemos al pasajero con la LML Star 125 4T ART y como ambos somos grandotes, entramos un poco justos. Circulamos sentados en las esquinas delantera y trasera del asiento y aunque al principio es un poco incómodo, a los pocos kilómetros ya nos hemos acoplado correctamente. El mayor problema es que podremos pegar con mayor facilidad con las rodillas contra el manillar en las curvas.

El espacio para los pies del pasajero se comparte con el del piloto, y hay muchos dedos para poco hueco. Cogen justos un 45 y un 42 pero el mayor problema viene cuando hay que bajar y subir los pies al parar, que chocaremos asiduamente.

Mejora si el pasajero pisa con los talones y saca las punteras hacia fuera, como los repartidores de los chinos porque, ¿os habéis fijado que todos los chinos circulan en los scooter con las punteras de los pies hacia afuera? Cuando los ves venir de frente, ves un casco, un escudo y dos zapatos, negros. Es bastante cómico.

Con el peso extra del pasajero al motor le cuesta un poco más salir de parado. Hay que acelerar más y dejar patinar el embrague. Como no es demasiado progresivo, no es raro que la moto pegue un pequeño tirón. Y claro, motor atrás, tanque de combustible detrás, pasajero sentado muy atrás… Caballito!! La cara de los conductores cuando te ven salir a una rueda no tiene desperdicio.

El pasajero tiene que estar al loro porque en uno de estas, puede acabar cayendo de espaldas ya que no hay donde agarrarse. Y sí, deberíamos haberla probado sentándose como antiguamente, de lado, pero no sé que opinaría la Guardia Civil al respecto.

Dinámicamente se sigue comportando de forma muy ágil, tanto en ciudad como en carretera. El aumento de peso no repercute negativamente tampoco en la altura porque como habíamos comentado, el recorrido de suspensiones es mínimo por lo que tardaremos aproximadamente lo mismo en rozar en las curvas.

Ahora, toca descansar un poco hasta el viernes, donde hablaremos de algunas curiosidades que nos han quedado como el consumo, la capacidad de carga, etc. Nos vemos.

Continuará...

Nota: agradecemos la colaboración de Laboral Ciudad de la Cultura para la realización de la sesión de fotos.

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