BMW S 1000 XR, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Después de habernos divertido un rato por carreteras de curvas ratoneras, era el momento de probar las bondades de la BMW S 1000 XR en otro de los ambientes para los que ha sido diseñado, como son los grandes viajes por autopista aprovechando toda la experiencia del fabricante alemán en motos de corte touring.

Con la posibilidad de regular la pantalla de forma manual en dos posiciones, elegimos la más alta para colocarnos cómodamente y relajarnos con el paso de los kilómetros a alta velocidad. Además y como contábamos con el control de crucero, los kilómetros pasan todavía de una forma más rápida.

BMW S 1000 XR, devoradora de kilómetros

Con la estabilidad mostrada minutos antes, una buena ergonomía en líneas generales y un motor que gira a las mil maravillas, la distancia diaria que quieras recorrer la decides tú. No ofrece demasiada superficie lateral por lo que con viento cruzado no se menea demasiado, así como no es para nada nerviosa aunque movamos levemente el manillar.

Con la opción de Dynamic ESA, colocar las suspensiones en el modo más confortable hace que los baches pasen debajo nuestro sin que casi nos percatemos, pero tampoco filtrando demasiado por lo que en ningún momento perdemos la seguridad de una buena pisada y sabemos siempre lo que ocurre allí abajo.

La protección aerodinámica de la BMW S 1000 XR es buena tanto en la parte superior (pecho, cabeza y hombros) como en la zona de las piernas, que quedan reguardadas del aire y no se abren aunque vayamos a altas velocidades. Ergonómicamente todos los mandos están a mano y bien resueltos (cuando los tocas, sabes que lo has hecho).

Curiosamente y una vez circulando sin control de crucero, apreciamos un problema que pudimos constatar con otros dos compañeros con el fin de descartar que fuese un problema de la unidad que llevábamos. Y es que circulando sobre las 6.000 vueltas o lo que es lo mismo, 120/130 km/h de marcador, a punta de gas el manillar vibra en exceso llegando incluso a dormir la mano derecha.

Curiosamente no ocurre con el gas completamente cerrado con con él abierto a partir del 15 o 20 por cierto, pero justo cuando circulas manteniendo manualmente la velocidad máxima en autopista con pequeños toques al acelerador, se nota perfectamente como vibra bastante. Quizás con un cambio en el tamaño de los contrapesos laterales se pueda solucionar, o bien venga derivado de los paramanos aunque en ese caso, se apreciaría en las dos manos y sólo lo constatamos en la derecha.

BMW S 1000 XR, a dúo

Aunque no cuenta con un asiento tan ancho y mullido como en la R1200GS, el pasajero seguro que se siente como en casa en la parte trasera de la BMW S 1000 XR. Los estribos están muy bien posicionados (el escape bajo ayuda), las asas son de generosas dimensiones para adaptarse a todas las tallas y el asiento está colocado en una posición bastante horizontal.

Aunque no la probamos en marcha (bueno sí, durante un par de kilómetros pasando miedo con nuestro compañero José Benavente), las vibraciones brillan por su ausencia y como la protección aerodinámica es muy buena, seguro que se nos acabará durmiendo en la parte trasera si nos descuidamos y realizamos una conducción mecida.

Nos hubiese gustado probarla dinámicamente para ver su comportamiento con dos personas y enfrentarla así a la competencia, pero es una asignatura que nos ha quedado pendiente. Quizás para otra ocasión así que de momento, os emplazamos a finalizar mañana con nosotros la prueba de la BMW S 1000 XR en la que hablaremos de las posibilidades de carga, opciones, consumos y resto de detalles que nos hará tener una opinión global sobre la nueva moto de BMW.

Continuará...

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