Visita Factoría y Museo Ducati segunda parte. La fábrica de sueños

Seguimos dentro de la zona de trabajo en la Factoría Ducati en la segunda entrega de esta serie de artículos continuando con la visita. Hablábamos anteriormente de los comienzos del constructor Boloñés con un pequeño ciclomotor. Pero dejaremos la história pura y dura para cuando entremos en el museo ya que de esta manera será más comprensible y nos centraremos ahora en acabar de conocer las curiosidades de las cadenas de montaje.

Nos hemos quedado en la zona de motores y explican que aprovechan la tecnología CNC de computadores de control numérico para dar completa exactitud a los trabajos de fresa y torno. Son algo más de las cinco de la tarde y no se ve mucho personal por la fábrica en el turno de tarde pero si nos fijamos en el poco que se ve, se aprecia que trabajan de verdad. Es curioso observar a los trabajadores unos instantes detenidamente y percatarse de que están concentrados en lo que hacen sin apenas inmutarse por nuestra presencia.

Así como en la anterior entrega se puede ver el video del sistema de montaje de las Ducati Monster 696 con los kits en los que se encuentran las piezas para la elaboración de la moto, se sigue usando también el sistema que ellos denominan Supermarket en el que los operarios pasan a una zona de almacenaje en la que obtienen todos los componentes necesarios para trabajar, sobre todo en el montaje de motores. Una vez acabado el motor hay que hacer unas comprobaciones en frío acoplando un motor eléctrico que ayuda a girar las piezas internas del propulsor para emular su funcionamiento.

Tienen instaladas unas cabinas insonorizadas dónde instalar los motores para hacer estas comprobaciones antes de pasar a la línea de ensamblaje de la moto. Una parte de la fábrica en la que vemos multitud de estructuras metálicas a modo de jaulas de las que cuelgan componentes como amortiguadores, horquillas o neumáticos. Uno se queda atontado mirando una de estas jaulas llena de impolutos neumáticos Pirelli Diablo pensando lo bien que nos vendría un “armario” de estos en nuestra casa hasta que la guía nos indica que debemos continuar la visita. No hemos hablado de tiempo pero dura más o menos una hora, algo más en nuestro caso al solo ser cinco personas esta ocasión.

Una vez que la motocicleta se ha montado, seguimos la visita y vemos que hay unos elevadores similares a los usados en talleres sobre los que reposan varias motocicletas conectadas a ordenadores y arrancadas al ralentí. Nadie vemos a su alrededor y al preguntar a la guía esta nos comenta que en esa zona se verifican las emisiones de gases antes de pasar al banco de pruebas.

Se trata de un banco de potencia dentro de una gran cabina con un operario que introduce una Ducati 848 en esta ocasión. Se pone unos auriculares para proteger sus tímpanos, arranca la moto y…, sí, ¡gas a fondo!. Es un instante pero te quedas atónito viendo el espectáculo. El operario nos mira por la ventana de la cabina, nos guiña el ojo en señal de que todo va bien, saca la Ducati 848 y coge otra para repetir el proceso mientras nosotros todavía nos rascamos la cabeza y pensamos en la palabra rodaje.

La última parte de la visita pasa por ver la zona de expedición pero antes vemos una puerta de chapa con una pequeña ventana del tipo ojo de buey que permanece cerrada a cal y canto con tintes sospechosos. Efectivamente la guía se acerca y nos explica que esta totalmente prohibido el acceso a esa zona de la fábrica ya que detrás de esa misteriosa puerta se encuentra nada menos que el equipo de competición.

Como comentamos, la expedición no es más que un pre almacenaje de las motos ordenados por modelos y separados dependiendo de los mercados a los que vayan dirigidas. Cada país suele tener unas normas de industria y homologación diferentes por lo que en el montaje es habitual ver piezas que varían como por ejemplo los catadióptricos, placas de matricula, etc. También las normas anticontaminantes suelen variar y se ajustan las emisiones dependiendo de la zona por la que se circule. Aquí en Europa y a la fecha de escribir este artículo tenemos la E3 o Euro 3 que no pocos quebraderos de cabeza ha dado a los motores de Ducati.

Con esto se acaba la visita a las cadenas de montaje. La guía nos despide amablemente y nos invita a pasar por el museo que se encuentra en el mismo edificio y por una pequeña tienda frente a él en el que previamente sacamos las entradas. En la tercera parte de esta entrega entraremos de lleno en el Museo Ducati.

Fotos | Alberticu
Vídeo | Canal de Youtube de SpeedOn2Wheels
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