Las líneas fluorescentes son la nueva moda para evitar accidentes nocturnos, y ya están salvando vidas

Hay un proyecto de seguridad vial que lleva años dando la vuelta al mundo, y cada vez más. Son las carreteras fluorescentes. Un invento australiano que ya ha empezado a despegar oficialmente en algunos lugares del mundo, y que es altamente útil para circular por la noche.

Antes de entrar en detalle, la gracia de este sistema es que ilumina con material fluorescente las marcas viales en el suelo. El truco está en la luz solar, y cada vez son más países los que están poniéndolo en sus carreteras.

Duran diez horas, y son altamente útiles para los motoristas

Es sorpresivo el hecho de circular por una carretera y que un material fluorescente te guíe el camino, y no solo la luz de una farola o las de tu moto. Porque un coche tiene mucha mejor visibilidad que una moto (dos faros mejor que uno, ¿no?), y esta idea es un gran aliado para los motoristas nocturnos.

La idea se presentó hace años, pero cada vez se está probando e implantando en más países. El último ha sido Malasia, que ha instalado varios kilómetros esta idea. El tramo más largo de allí, por ahora, es de tres kilómetros. Que no es mucho, pero es un piloto. También las encontramos en Australia y hasta en Holanda.

No es un sistema como tal, sino más bien una pintura luminiscente que tiene hasta diez horas garantizadas de iluminación. Este efecto brillo funciona, además, independientemente de las condiciones climáticas, lo que es un gran punto a favor.

Las imágenes son hipnóticas y llamativas. El principio por el que funciona esta idea es la pintura termoplástica fluorescente, que absorbe los rayos ultravioleta como el sol, y debido a una reacción química, emite la energía en forma de luz. En otras palabras, esto alude al viejo principio de fotoluminiscencia.

Sobre el papel es una alternativa muy eficiente para ver mejor en todo tipo de vehículos, pero especialmente para las motos. Que una guía fluorescente te ilumine el camino en una trazada ciega es magnífico. Y es ahí para donde están ideadas: carreteras sinuosas con numerosos puntos ciegos y curvas cerradas.

Si es una solución genial y puede salvar vidas, ya te puedes imaginar el motivo por el que no las vemos en muchos lugares: su precio. Es la principal preocupación, y para hacernos una idea, si un bote de un kilo de pintura blanca para carretera cuesta 30 euros, la fluorescente cuesta 120.

La empresa australiana que ha inventado este tipo de pintura, Tarmac Linemarking asegura que brillan durante "la mayor parte de la noche", y que la intensidad no siempre es alta, como es de esperar. Una buena solución especialmente para los motoristas nocturnos, pero que habría que economizar más para que se pueda implantar en todas las carreteras.

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