Hay una tristísima razón por la que nunca veremos una moto de Tesla. Y está en la historia personal de Elon Musk

El CEO de Tesla insiste en que jamás fabricará una moto de carretera, y lo hace por un motivo personal que arrastra desde los 17 años

John Fernández

El último revuelo sobre Tesla y las motos no ha surgido de un prototipo filtrado ni de una reunión de inversores. Ha nacido de un vídeo de inteligencia artificial que imaginaba a Elon Musk subido a una moto futurista, casi de ciencia ficción, deslizándose por un salón del motor como si fuese una presentación más de la marca.

El clip se viralizó en horas. Y con él, la pregunta de siempre: ¿hará Tesla una moto alguna vez? Spoiler o 'fact check': no.

Un camión y una historia con 17 años

La respuesta de Musk llegó rápido y sin rodeos. Un simple "nunca sucederá, no podemos hacer que las motos sean seguras" bastó para desactivar cualquier expectativa. No hubo matices tecnológicos, ni problemas de viabilidad industrial, ni dudas estratégicas. Solo una negativa tajante, la misma que lleva repitiendo años.

Lo relevante, esta vez, es el contexto. Musk añadió una frase dirigida a sus propios verificadores de X: "Para las Notas de la Comunidad, mi experiencia cercana a la muerte fue en una moto de carretera". Ese es el epicentro de todo. No está hablando de mercado, sino de un episodio que le marcó a los 17 años, cuando un camión casi lo atropella mientras circulaba en moto. Desde entonces, la carretera para él es un territorio vetado en dos ruedas.

No es una historia nueva. Ya en 2018 lo contó durante una sesión con accionistas: de pequeño hizo motocross durante años, luego pasó a la carretera y estuvo a punto de no contarlo. En 2019 lo repitió con la misma crudeza: "No haremos motos de carretera, son demasiado peligrosas. Me golpeó un camión y casi muero". El discurso no se ha movido un milímetro desde entonces.

Elon Musk moto

Lo que sí ha cambiado es el escenario alrededor. La industria eléctrica de dos ruedas ya no es una rareza. Honda, BMW y Kawasaki empiezan a poner modelos de verdad en la calle, Zero y LiveWire llevan años empujando el segmento de las motos eléctricas de altas prestaciones y marcas como Ryvid están encontrando su hueco en la movilidad diaria con precios razonables. Mientras tanto, gigantes asiáticos como Yadea y NIU han convertido el scooter eléctrico en un producto de masas.

En ese mapa, Tesla podría haber sido un actor disruptor. Un golpe en la mesa. Pero Musk no quiere ni oír hablar de carretera. Como mucho, de tierra. Ahí sí abre una rendija: "Las motos de cross son seguras si conduces con cuidado, ya que no puedes ser aplastado por un camión". Es el único punto donde su discurso cambia de tono. La idea de una Tesla de off-road eléctrica no está prohibida; simplemente no está en la lista de prioridades.

El debate, en el fondo, ya no es si Tesla hará una moto. Es por qué la empresa más visible del mundo en electrificación se niega en redondo a entrar en un sector que está despertando de verdad. Y la explicación es más emocional que técnica: para Musk, una moto de carretera siempre será el lugar donde estuvo a un segundo de morir. Todo lo demás, para él, es accesorio.

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