Pecco Bagnaia se ha convertido en el inesperado protagonista de MotoGP después del Gran Premio de Aragón. Su sorprendente evolución de sábado a domingo ha pillado con el paso cambiado a más de uno, y por más que Ducati y el propio protagonista han dado una solvente explicación técnica, el gran señalado vuelve a ser el de siempre, el factor mental.
A pesar de que una y otra vez Bagnaia da explicaciones técnicas para sus dificultades, desde parte del entorno motero se acude recurrentemente a unos supuestos problemas mentales de Bagnaia para justificar un mal rendimiento. Y es normal, hablar de lo mental es una forma fácil de decir algo que suene culto sin tener que pensar demasiado.
Los problemas de Bagnaia con la Ducati son mentales, según los psicólogos de MotoGP
Pecco Bagnaia pareció resolver parte de sus problemas con la nueva Ducati en la última carrera de MotoGP pero, visto lo visto, más le valdría no haberlo hecho. Por más que Ducati ha explicado que fue un cambio en los frenos, además muy visible, el que solventó la papeleta de Bagnaia, algunos expertos ya han dictado su sentencia: la clave fue lo mental.
¿Que qué es lo mental? Pues quién sabe. Así de primeras, parece una forma sencilla de dar una explicación culta a un problema complejo sin tener que pasar por el pesado trámite de pensar, que es muy farragoso y además quita bastante tiempo. ¿Que quizá esos frenos más pesados dieron más apoyo a Bagnaia delante y le hicieron sentir por fin la rueda delantera? De eso nada, fue lo mental.
Una ciencia con tanto debate, historia y desarrollo detrás como es la psicología en MotoGP queda reducida a un simple vistazo a una página de la Wikipedia. Si un piloto tiene resultados irregulares, no es que tenga una moto difícil a la que solo saca partido en ciertas circunstancias, no. Es que tiene un problema mental. ¿Que Bagnaia explica que le cuestan las sprint por el depósito pequeño de Ducati? Uy, eso sí que suena a problema mental.
Lo más curioso es que en otros deportes también hay analistas que recurren a lo mental para explicar que Kylian Mbappé ha dejado de meter goles, que Fernando Alonso ya no gana o que Stephen Curry ha bajado su media de puntos por partido. Pero suelen ser catalogados como periodistas de asador o, directamente, opinadores cuñaos. En MotoGP pretenden ser tratados de analistas minuciosos.
No solo sorprende la ligereza con la que se puede llegar a hablar de un supuesto problema mental de una persona solo por obtener un mal resultado deportivo, sino la velocidad de su solución. Bagnaia tenía un grave problema psicológico en sábado en Aragón porque acabó duodécimo en la sprint, pero, oye, el domingo ya estaba sanado. Que maravilla, que mundo tan feliz. Así da gusto.
Mientras tanto, nosotros que somos más excepticos tendremos que esperar a la sprint de Mugello para descubrir si Bagnaia ha recaído en sus apuros psicológicos o ya está curado del todo, al menos hasta el domingo. Porque los problemas mentales son como los pimientos de Padrón, que unos pican y otros no.
Imágenes | Ducati
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