MotoGP avanza el futuro de los cascos para moto: una mejora buscará reducir los daños cerebrales

Las evoluciones en la seguridad en motociclismo no paran, máxime cuando hablamos de competición, donde todo suele llegar con cierta primicia. Fruto de ello es esta idea que, a riesgo de parecer ineficiente, puede ser considerada una pequeña revolución, y que equiparán los pilotos de MotoGP de cara a 2023 en su casco.

Se trata de un acolchado que pretende reemplazar al convencional y que todos los cascos del mundo equipan, cuyo objetivo es aumentar el nivel de seguridad de los pilotos, especialmente en los impactos rotativos generados por las caídas que puedan afectar al cuello, cabeza, columna

Un pequeño acolchado en el casco de los pilotos de MotoGP que reducirá los daños cerebrales

La empresa sueca Mips llegará al campeonato del mundo de MotoGP. Su idea ha sido sustituir al acolchado tradicional de los cascos por uno con un diseño con capa integrada de baja fricción en su interior.

El objetivo de ese acolchado es reducir la rotación de la cabeza del piloto tras el impacto, reemplazando al mismo tiempo las capas de relleno tradicionales y haciéndolas invisibles. Al acolchar más, amortigua la cabeza durante el choque y permite un movimiento de deslizamiento de 10-15 mm en todas las direcciones.

Algo que cobra especial relevancia en los impactos rotativos, ya que, de esa manera, las fuerzas del impacto no recaen directamente sobre la cabeza del piloto, sino que lo hacen sobre el acolchado, reduciendo exponencialmente la posibilidad de sufrir una lesión cerebral, aunque no han determinado en qué cantidad.

Integra TX es el ‘quid’ de la cuestión: una capa de baja fricción de 0,1 mm que se integra en el acolchado del que hablamos, evitando la fuerza que se produce en caso de impacto, y que atrapa a la cabeza en el casco. Al permitir que la cabeza se mueva independientemente del casco gracias al acolchado, este ayudará a transmitir menos energía al cerebro, que se mueve dentro de un saco de líquido en el cráneo. Con el sistema se evita que el movimiento del cerebro en el líquido sea mayor al reducir la transferencia de energías y reducir el posible daño.

El F17 Racing, como se llama el casco, también reduce la carga aerodinámica que recibe del viento, ya que la marca ha dispuesto unas pequeñas nervaduras y ventilaciones en la calota exterior, evitando el cabeceo constante del viento.

Una novedosa tecnología que llegará a MotoGP a partir de la temporada 2023, y que algunos pilotos, aun sin confirmar, empezarán a equipar.

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