Hace unos cuantos años, los alerones llegaban a MotoGP como un rarísimo invento que todos veían como la evolución (antiestética, para muchos). Resulta que acabaron llegando a las motos de calle, y abrieron la veda de la ingeniería aerodinámica con muchas más ideas. Muchas de ellas, locas; loquísimas que hasta llevaron a KTM a pedir que todos parasen.
Pues aquí va un nuevo capítulo: la aerodinámica ya no solo ha llegado a las motos. Acaba de llegar, y oficialmente además, a los cascos de los pilotos de moto. Y no es broma. El primero en probarlo en MotoGP ha sido Luca Marini, y es cosa de la marca italiana AGV.
Ya existen cascos con alerones. Pero no en MotoGP
Después del Gran Premio de España en Jerez, hubo test. En aquellos test, entre las distintas novedades que llevaron los equipos, hubo una que pasó relativamente desapercibida, y estaba en la cabeza de Luca Marini: un prototipo del AGV Pista GP-RR... Con alerones, literalmente.
A pocos le sorprenden que a estas alturas MotoGP sea ya un laboratorio experimental. El afán de rascar milésimas al crono ha llegado a los cascos de moto. El invento llevaba dos alerones laterales en la calota del Pista GP-RR. ¿Funcionales? Puede. ¿Discretos? No tanto, porque no pasaron precisamente desapercibidos.
Si bien un casco no va a rascarle demasiadas milésimas al crono, sí que los alerones llegan con dos objetivos evidentes: reducir las turbulencias en la cabeza del piloto y mejorar la estabilidad del casco a velocidades que llegan a los más de 350 kilómetros por hora en dependiendo qué trazados del mundial.
La marca, AGV, todavía no se ha pronunciado al respecto del casco cromado de Marini. De todas maneras, para los frágiles de memoria, no es la primera vez que se emplean alerones en un casco.
Shark ya puso alerones móviles a su Aeron GP que se adaptan a la forma del piloto. Pero en MotoGP están prohibidos todos los elementos aerodinámicos semi-activos por reglamento. Pero esto es diferente.
Pero como suele pasar con las innovaciones de MotoGP, la preocupación no está tanto en lo que se prueba en circuito, sino en lo que acaba filtrándose al mundo real, sino en qué acaba llegando a la calle o no. Shark ya lo hizo con su Aeron GP, que se vende por 1.079 euros.
Imágenes | AGV