No te lo creerás, pero Toyota no solo hizo coches; también se adelantó a la mayoría de marcas de motos japonesas

¿Quién no conoce a Toyota? A la popular firma japonesa se le reconoce rápidamente por ser fabricante de coches, pero hubo época pasada en la que Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki no estaban solas como fabricantes de motocicletas.

Toyota también estaba en el ajo. De hecho, desde el período de posguerra hasta aproximadamente 1960, en Japón hubo más de 100 fabricantes de motos. Toyota era uno de ellos, e incluso vendía sus motos en los concesionarios. Hoy recordamos este pedazo de historia de las dos ruedas.

En la posguerra de Japón había más de 100 marcas de motos

De aquellos más de 100 fabricantes de motos japoneses han quedado cuatro de renombre: los 'Big Four' u Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki al unísono. Toyota también quería su parte del pastel, pero no se llamaban como en su división de coches, sino "Toyomotors", y tenían su fábrica ubicada en la ciudad de Kariya, cerca de Hamamatsu, donde Suzuki tiene su planta.

Kazuo Kawamata fue el fundador de Toyo Motors, y era un genuino de los motores de combustión interna. Llevaba años estudiándolos e impartiendo clases sobre ellos. Tanta era su experiencia que ayudó a desarrollar el primer coche de tracción delantera japonés.

Kazuo tenía mucha relación con Kiichiro Toyoda, el fundador de Toyota. Ambos se intercambiaban cartas, y Kazuo acabó aceptando un trabajo a tiempo parcial en el Laboratorio de Investigación del Motor Toyota en 1942 que el fundador de la marca de coches le ofreció por aquel entonces.

Como no dedicaba su jornada completa a Toyota, al mismo tiempo este nipón empezó a trabajar con otro fabricante de motos, Mizuho Motor Works, y desarrolló el Bismotor, un motor auxiliar para bicis. Más tarde hizo algo parecido, pero con la financiación de Toyota, desarrollando el primer motor auxiliar para bicicletas. Aquello olía a éxito: ese mismo año nació la marca Toyo Motors.

Tengamos en cuenta un contexto: Japón, posguerra, falta de dinero pero necesidad de transporte. Una debilidad que los fabricantes supieron aprovechar (como Soichiro Honda con su Super Cub, que aún hoy existe, o Vespa en Italia), y Toyo Motors también.

Toyo Motors empezó a fabricar motos económicas y funcionales. Y funcionaron la mar de bien: solo en 1952 la producción anual era de 10.000 motos. Pero cometió un error que le costaría muy caro: subcontratar casi toda su producción. La mayoría eran modelos de 125 cc asequibles como los que podemos ver en el vídeo.

Un triste final para las motos de Toyota

Los problemas de calidad y las quejas sobre las motos eran constantes a causa de haber subcontratado la producción. Las motos acabadas se ensamblaban  a partir de esos componentes subcontratados en su fábrica. Resultado: fiabilidad nula.

Se intentó por todos los medios que Toyo Motors se hiciese cargo del proceso de producción íntegro, para la dirección no estaba por la labor.

El éxito de otras marcas como Honda y su Super Cub acabaron por dinamitar la fiabilidad de Toyo Motors, y los clientes se fueron por su propia mano ante tanto problema de producción. El tifón Isewan que mató a más de 5.000 personas y dejó sin hogar a casi otros dos millones hizo que la fábrica se fuese al traste definitivamente.

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