Pequeños retoques estéticos para la Kawasaki ZX-10RR. Si el misil vuela, no lo cambies

¡Ay! Qué tiempos aquellos en los que las deportivas gozaban de una vida sana y fuerte, renovándose cada poco tiempo para hacer las delicias de todos los aficionados. Después de un periodo de letargo, las deportivas viven una segunda juventud, aunque con salvedades. Ya no son motos tan populares como antaño y se han convertido en máquinas casi de competición ultra-especializadas y fuera del alcance de muchos bolsillos.

En su puesta al día reside su éxito deportivo, y por eso la Kawasaki ZX-10RR recibe sólo un año después de su estreno oficial como un modelo de calle algunos cambios para mantenerse lozana y competitiva tras haber logrado el título del Campeonato del Mundo de Superbikes en manos de Jonathan Rea.

Kawasaki ZX-10RR: alma de ganadora

En total son ya cuatro campeonatos de pilotos los que Kawasaki ha conseguido con la ZX-10R: 2013 (Tom Sykes), 2015, 2016 y 2017 (Jonathan Rea). Una moto nacida para doblegar el dominio italiano de Aprilia y Ducati y, depaso, el de Yamaha, las tres principales competidoras a las que los del KRT han logrado arrodillar desde que abandonaron el mundial de MotoGP y se centraron en el WSBK.

A decir verdad, con un pepino de tan altos vuelos como la ZX-10RR es difícil mejorar más que algunas pinceladas. Dicho y hecho. Exteriormente y envuelta en ese halo místico con decoración en un intenso blanco y negro (o negro y blanco más bien) se esconden ligeros cambios como el color de las botellas presurizadas de la horquilla delantera Showa y los tapones superiores.

Por lo demás todo sigue igual. Tanto es así que los de Akashi han usado la misma galería de fotos del modelo 2017 al que sólo le han variado el color de las piezas que cambian digitalmente. Pero, ¿qué importa?

Sigue siendo el mismo misil tierra-tierra de dos ruedas ganador de 13 carreras esta temporada, y cuyos cambios con respecto a la ya muy preparada ZX-10R cuentan con un motor de cuatro cilindros que sube hasta las 13.000 rpm, culata modificada, más de 200 caballos de potencia, llantas de aluminio forjado Marchesini, pinzas de freno Brembo M50 monobloque, quickshifter KQS, IMU de seis planos y geometrías variables.

Kawasaki no quiere dejar opción a ninguna de sus renovadas competidoras, y 2018 tiene pinta de que el WSBK va a ser nuevamente su coto de caza.

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