Triumph Speed Triple, ¿te sientes como Ethan Hunt?

Según me subí en la Triumph Speed Triple no pude eviar que vieneses a mí las imágenes de la película Misión Imposible 2 en la que Ethan Hunt protagoniza una persecución con el malo de turno a lomos de sendas Triumph. Así que una vez encaramado al asiento, busqué el botón de cambio de neumáticos de carretera por otros de off-road pero sospechosamente no lo encontré. ¿Lo habrán quitado en esta versión, o será un truco de Hollywood?

La postura a los mandos es muy deportiva, algo más que en otros modelos naked. El manillar, no muy ancho y bastante plano, te lo encuentras bastante abajo debido a que el asiento está un poco más alto que la media, a unos 830 milímetros de alto, unos 10 milímetros más arriba que en una deportiva de litro. Pero no he visto grandes dificultades para llegar al suelo a no ser que seas bajito.

Giramos la llave y esperamos al pertinente check-control del cuadro de mandos. Pulsamos el botón de arranque y… no pasa nada. ¡Vaya, es cierto! Para arrancar una Triumph siempre deberemos hacerlo con la maneta el embrague accionada, independientemente de si tenemos una marcha o no metida. El tricilíndrio en línea cobra vida con un sonido muy ronco y agradable.

Triumph Speed Triple, una moto que acepta pasearse sin problemas por ciudad

Era la primera vez que tenía la oportunidad de probar un motor de estas características, a caballo del la potencia en bajos de un “bi“ y del molinillo en altos de un “tetra“ por lo que los primeros kilómetros los realizo por ciudad experimentando su comportamiento.

Entre el tráfico urbano, es una moto muy cómoda. A pesar de su postura ciertamente deportiva, en ningún momento noté cansancio en las muñecas. Tampoco el motor despide un calor excesivo. Incluso si pensamos que los colectores aparecen muy cerca de nuestro pie derecho nos sorprenderá no notar nada de calor, aunque permanezcamos largo rato parados.

Si le tengo que buscar un pero a la Triumph Speed Triple es su embrague, por cable y un poco duro de accionamiento. Además, no tiene posibilidad de regulación. Después de unos cuantos kilómetros, empecé a notar cierta molestia en los dedos de la mano izquierda.

Lo bueno es que no tenemos que usarlo demasiado ya que una vez puesta la moto en marcha, podemos dejar caer el motor de vueltas hasta las 1500 revoluciones y aun así volver a abrir gas sin mayores problemas. Entre 1500 y 2000 vueltas aproximadamente, el motor vibra bastante (hay que reconocer que cualquier motor a este régimen, en el momento de apertura de gas, también vibra), aunque en ningún momento cocea como por ejemplo un bicilíndrico, que parece que le entran convulsiones como a la niña del exorcista.

Rodando entre tres y cuatro mil vueltas, volvemos a sentir un sonido muy agradable. Es lo más similar a un tetracilíndrico con ronquera. Incluso en las reducciones o cuando cortemos gas, oiremos pequeñas explosiones en los extremos de los silenciosos, incitándonos a exprimir la potencia que guarda en su interior.

Cuando lleguemos a nuestro destino, apreciaremos que la dirección gira poco, lo que nos obliga a hacer un par de maniobras más para dejarla aparcada, Debajo del asiento se sitúa la batería que, junto con la proximidad de los escapes y el reducido tamaño del conjunto no nos deja mucho sitio para colocar objetos. La documentación, la bolsa de herramientas original y un hueco del tamaño de una cámara compacta para llevar por ejemplo un antirobo de pinza pero olvidaros de transportar algo más grande. Si lo podéis hacer encima del asiento mediante una red portaobjetos ya que el propio asiento dispone de cuatro prácticos enganches escamoteables.

Aunque el cielo está plomizo y la carretera un poco mojada, mañana hay que probar la Triumph Speed Triple en carretera. De momento, lleva muy buena nota.

Continuará...

En Moto22 | Triumph Speed Triple, la niña mimada de Hinckley

También te puede gustar

Portada de Motorpasion Moto

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasionmoto.com

VER 8 Comentarios