Triumph Speed Triple, la niña mimada de Hinckley

Estamos en 1994 y por aquel entonces, la fábrica de motocicletas inglesa afincada en Hinckley, Triumph, lanzaba al mercado la que posteriormente se convertiría sin lugar a dudas en su niña mimada: la Triumph Speed Triple. Para que luego digan que las street fighter son un invento reciente.

Dieciséis años después todo sigue en el mismo sitio, o al menos aquel original concepto de lo que todos conocemos en este estilo de motos, es decir: fuera carenados y manillar alto junto a motor y parte de ciclo de una deportiva. Todo para conseguir un magnifico control de la moto renunciando a prestaciones máximas, algo que no podremos explorar fuera de los circuitos en el día a día.

La unidad de pruebas cedida por el Concesionario Triumph para Asturias, Motormanía, lucía una estampa de los más malo malote para una moto de estar características: negro mate. Esto unido al detalle de los acabados cromados en la doble óptica, estriberas y escape me produce un conflicto en el cerebro. ¡Parece una custom!

Triumph Speed Triple, dieciséis años después

Pero precisamente sólo lo parece. Delante, horquilla invertida de 43 milímetros regulable en tres vías al igual que el monoamortiguador trasero que, sorprendentemente y añadiendo una nota de color a la moto, es azul. Un detalle que no pasa desapercibido y queda muy original.

El motor cobra la mayor parte del protagonismo ya que Triumph se siente orgulloso de su tricilíndrico de 1050 cc y como tal lo exhibe sin ningún pudor. Incluso ha colocado toda la tornillería en color acero para destacar sobre el completo acabado en negro del propulsor. Estos tornillos y los silenciosos en cromado son la única concesión que han realizado.

Por encima, una doble viga de aluminio de estructura tubular y por supuesto, en negro. Sin embargo, han utilizado una pintura con pigmentaciones metálicas que aunque no se puede apreciar en las fotos demuestra que la estética está muy estudiada pues te sigue sorprendiendo en pequeños detalles.

El chasis finaliza en un precioso basculante monobrazo con ajuste excéntrico. Este abraza la rueda trasera por su lado izquierdo y permite admirar una llanta trasera de siete radios dobles curvados. Toda la visión de la parte trasera se ve facilitada por unos silenciosos cortos elevados y un conjunto subchasis-colín muy corto.

Para el final me dejo la marca de la casa de la Triumph Speed Triple, que no podía ser otra que su doble óptica delantera. Si, lo sé, es bastante extrema: o te gusta o la odias. Pero lo que está claro es que este modelo no podría existir sin culminar de esta forma el diseño. Por encima, encontramos un cuadro muy compacto que a pesar de su pequeño tamaño, es capaz de quitarnos algo de aire.

Pero mejor no adelantemos acontecimientos, mañana nos vamos a dar una vuelta.

Continuará...

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