Probamos la Indian FTR1200S: 121 CV de deportividad con olor a barbacoa por casi 16.000 euros

Teníamos muchas, muchas ganas de poder probar la Indian FTR1200S. Esta moto americana concebida dentro del gigantesco grupo Polaris ha llegado al mercado con una personalidad única y un diseño inspirado en las carreras sobre óvalos de tierra.

Pero la FTR1200S no es sólo diseño, también está bien pensada, con un conjunto compacto y muy bien armado a nivel de parte ciclo y electrónica, pero sobre todo con un sonido de esos que rompen cuellos.

Indian FTR1200S: deportividad a la americana

Estéticamente la Indian FTR1200S funciona muy bien en conjunto. No es una moto pequeña, pero sus proporciones hacen que parezca una moto compacta y musculosa. La carrocería reducida a la mínima expresión y un conjunto de subchasis visto y asiento refuerzan la sensación de estrechez, realzada por las grandes llantas de 19 pulgadas delante y 18 pulgadas detrás.

Y es que lo que se dice carrocería hay muy poca. El guardabarros delantero es minúsculo, el faro LED tiene una pequeña máscara a su alrededor y el guardabarros trasero se monta anclado al basculante. Una buena elección aunque sobre terreno mojado terminamos salpicados tanto por delante como por detrás.

La única pieza grande de la carrocería es la formada por el falso depósito. Es bajo, bastante plano y con unos nervios bastante marcados que le dan un carácter retro inconfundible, muy de la familia Indian. El problema es que el depósito está bajo el asiento y su capacidad es de tan solo 13 litros.

Los acabados son buenos y las partes mecánicas tienen su encanto, como nos gusta. Los colectores de escape tienen un aspecto musculoso y los silenciadores de forma cónica son, quizá, demasiado exagerados. Con algo más contenido habría quedado mejor, pero en cualquier caso cuando arrancamos el motor la melodía que sale por ellos nos encandila.

Un simple golpe de botón vale para que la Indian FTR1200S cobre vida ante nosotros. El motor de dos cilindros en línea y 1.203 centímetros cúbicos se despierta con un gorgoteo poderoso y excitante que es incluso algo más rotundo de lo que podíamos esperar en un principio.

Nos ponemos a sus mandos y nos encontramos una postura de conducción particular. El asiento es accesible, estrecho y con una altura de 805 mm con mucho espacio para colocarse. Las estriberas quedan un tanto retrasadas y el manillar es ancho con una posición bastante adelantada, obligándonos a tumbarnos un poco sobre el largo depósito.

Los primeros metros los recorremos intentando conocer las reacciones de una moto que dista mucho de ser convencional. El motor tiene mucho empuje casi al ralentí y el embrague tiene un tacto poco dosificable, así que en alguna ocasión podemos recibir alguna que otra coz con la que la FTR1200S nos deja claro su carácter.

En ciudad, incluso ahora que las temperaturas han caído dramáticamente, se nota que es una moto especialmente calurosa, así que nos marchamos a terrenos más abiertos para conocer qué tal se mueve esta street tracker. De camino por vías rápidas empezamos a disfrutar de las bondades de la electrónica implementada en Indian, como el control de crucero.

Detalle de la caja de batería colocada por delante del motor y muy abajo.

Antes incluso de llegar a terrenos revirados notamos que la Indian FTR1200S no es una custom más. Sí, no es una moto especialmente ligera con 221 kg en orden de marcha, pero se mueve muy bien. El centro de gravedad está muy bien centralizado y eso se nota en cambios de dirección neutros y ágiles pese a las llantas de gran diámetro.

En un principio nos planteábamos si realmente sería una moto capaz de emocionar en tramos de curvas, y la respuesta es que sí. Gran parte de la culpa también la tienen las suspensiones con un equipamiento más que solvente dotado de una horquilla invertida delantera de 43 mm y un monoamortiguador en posición lateral (ambos regulables) con tarados firmes pero bien equilibrados. No resultan demasiado incómodas sobre baches pero tampoco son todo lo firmes que podrían ser frenando o entrando a curva. Un compromiso que se agradece.

La otra gran cuestión que nos venía a la cabeza antes de subirnos a esta moto era su motor. Experimentos anteriores como las Buell como motores de Harley-Davidson fueron motos divertidas con motores perezosos, pero este no es el caso.

El bicilíndrico en uve de 1.2 litros ofrece 121 CV de potencia máxima y 115 Nm de par motor, y los entrega realmente bien. No tiene ni mucho menos el comportamiento de una moto custom, sube de vueltas con alegría y en retenciones nos deleita con algún que otro petardeo.

Es un motor que en la zona baja no es demasiado dulce, pero a medida que sube de vueltas nos regala una estirada grandiosa y perfecta para jugar con su elasticidad entre curvas. Hay mucho empuje disponible en cualquier velocidad y las recuperaciones se convierten en algo adictivo a sus mandos. Una vez que cogemos confianza, la Indian FTR1200S se convierte en una máquina de producir sonrisas dentro del casco.

Bien de electrónica, aunque podría mejorar

Hemos querido dejar para el final el apartado electrónico y es porque nos ha dejado un sabor ligeramente agridulce. El cuadro de mandos 100% digital tiene una pantalla táctil, así que esto supondrá una duplicidad innecesaria de funciones: joystick en la piña izquierda y tocando la pantalla. Teniendo en cuenta que lo táctil sólo deberíamos manejarlo en parado resulta un elemento prescindible. Aun así su manejo es preciso con guantes.

Siguiendo con la pantalla, los menús nos resultaron un tanto complicados y, de las dos opciones de visualización nos quedamos con la de esferas más clásica, primero por legibilidad y segundo porque los gráficos de las revoluciones resultaban un tanto lentos en la visualización de barras.

Una vez en marcha la electrónica nos regala un apartado de seguridad con control de tracción y ABS que son desconectables para entrar en pista (nos quedamos con las ganas), además de tres modos de conducción (Sport, Standard y Rain).

El modo Sport es sin duda el más aprovechable, con los otros dos bastante descafeinados. Ahora bien, el comportamiento de la FTR1200S es bastante peculiar y por su parte ciclo unida a un motor con bastante energía nos encontramos con una zaga con extra de picante. En lugar de aligerar el tren delantero en aperturas fuertes de gas, suele hacer patinar el tren trasero.

Aquí, sobre todo sobre asfaltos húmedos o con baja adherencia, nos encontramos con una electrónica permisiva. Eso no es necesariamente malo porque permite jugar, pero en según qué circunstancias o en según qué manos puede comprometer la experiencia de conducción, pues su actuación resulta un tanto lenta provocando intensos meneos en la parte trasera.

Casi 16.000 euros para una moto que es todo carácter

Al finalizar nuestra prueba con la Indian FTR1200S nos sentimos afortunados. No es una moto fácil de ver y atrae bastantes miradas y comentarios, tanto por su estética como por su sonido y las pocas unidades que hay en carretera de momento. Hay pocas motos que se parezcan a ella y tras haber convivido sobre sus mandos estamos convencidos de que Indian va por el buen camino, aunque sea una jugada arriesgada.

Tan arriesgada es que han preferido conservar la estética sin concesiones antes que dotar al depósito de más capacidad. El bicilíndrico es un motor con sed y los 13 litros se antojan un tanto escasos, pues la autonomía final se queda en unos 150 km antes de que el testigo de reserva empiece a brillar.

Aunque la Indian FTR1200S sea una moto con algunas sombras, lo cierto es que su luz va más allá de lo que podamos etiquetar como negativo. Sí, algunas cosas son mejorables como el nivel de vibraciones o la electrónica perezosa, pero su estilo es un soplo de aire fresco en un mercado un tanto aletargado últimamente, repleto de motos que tienen que ser buenas para todo y no fallar en nada.

La FTR1200S nos ha devuelto de una patada a aquellos tiempos en los que las motos rebosaban carácter, y se agradece. Lo malo es que la exclusividad y el estilo independiente tienen un precio y en este caso es de 15.990 euros. Una barrera de entrada considerable para una moto a la que difícilmente podemos encontrar competencia en el mercado.

Indian FTR1200S 2019 - Valoración

6.7

Motor 8
Vibraciones 6
Cambio 6
Estabilidad 7
Agilidad 6
Suspensión delantera 7
Suspensión trasera 7
Freno delantero 7
Freno trasero 6
Comodidad piloto 6
Consumo 5
Acabados 7
Estética 9

A favor

  • Motor exciante
  • Estética única y acertada
  • Sonido poderoso
  • Componentes de calidad

En contra

  • Autonomía escasa
  • Manejabilidad limitada
  • Electrónica algo lenta
  • Vibraciones puntuales

Indian FTR1200S 2019 - Ficha técnica

Indian FTR1200S
Motor
Tipo Bicilíndrico en uve, DOHC, cuatro válvulas por cilindro
Cilindrada 1.203 cc
Diámetro x carrera 102 x 73,6 mm
Potencia máxima 121 CV a 8.250 rpm
Par motor máximo 120 Nm a 6.000 rpm
Compresión 12,5:1
Embrague Multidisco en baño de aceite
Caja de cambios Seis velocidades
Chasis
Tipo Bastidor multitubular de acero
Suspensión delantera Horquilla invertida multirregulable, 43 mm de diámetro, 150 mm de recorrido
Suspensión trasera Monoamortiguador IFP Piggyback multirregulable, 150 mm de recorrido
Rueda delantera 120/70R19
Rueda trasera 150/80R18
Freno delantero Doble disco de 320 mm con pinza de freno radial de cuatro pistones, ABS
Freno trasero Disco de 265 mm con pinza de dos pistones, ABS
Dimensiones y pesos
Longitud 2.287 mm
Distancia entre ejes 1.524 mm
Lanzamiento 26,3º
Avance 130 mm
Altura del asiento 805 mm
Peso en orden de marcha 231 kg
Precio 15.990 euros

El servicio de fotografía ha corrido a cargo de Two Sides. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco X-Lite X803R, cazadora Icon 1000 Oildale, pantalones Spidi Furious Pro, botas XPD X-Village, guantes Knox Handroid Pod

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