Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Autopista, autopista, autopista... Mis ojos y mi cerebro buscaban la ruta más rápida para abandonar la carretera convencional por la que circulaba y llegar así a alguna vía rápida. Al menos sabía que iba a encontrar tramos más rectos que hasta ese momento, con lo que podría conectar el control de crucero y relajarme a lomos de la Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK.

Después de varios kilómetros, la calma se adueña de mi cuerpo y con ello de mi conducción. Sexta velocidad, activamos como decíamos el control de crucero desde la piña derecha con un simple mando combinado y que nos echen los kilómetros que haga falta porque hasta que no nos salte el testigo de reserva no pienso hacer otra cosa.

La postura es ideal, con un magnífico apoyo lumbar, las piernas relajadas y bien aplomadas sobre ambas plataformas y las manos junto con los brazos en una caída natural hasta recaer en el amplio manillar. Prácticamente todo el cuerpo está a salvo del aire. Únicamente y debido a ni altura más nórdica que mediterránea, me llega algo a la zona de las rodillas, pero es casi anecdótico.

Delante de las piernas contamos con sendas trampillas, que pueden ser abiertas en verano para que nos llegue más aire a la zona de las piernas si tenemos calor. De igual forma, en los laterales del carenado frontal también podemos jugar con dos deflectores para desviar más o menos aire.

Por último, justo debajo de la pantalla transparente tenemos una entrada de aire que evita la disminución de presión que se produce detrás de las cúpulas. Con ella cerrada notamos turbulencias a la altura del casco, pero una vez abierta éstas desaparecen completamente y la protección es máxima.

De ruta es tal y como decíamos ayer, idéntica a una alfombra mágica. Parece que vamos sobre un colchón de aire y, lo es casi literalmente gracias a su suspensión trasera neumática. En este terreno es donde nos da igual el peso o las inercias ya que traza las curvas por donde queramos con suma facilidad, y no se descompone cuando pillamos bañeras gracias al buen trabajo de su tren delantero.

Pero nos acabamos de dar cuenta de que detrás, tenemos un magnífico sofá y todavía nadie se ha subido a él. Sería una falta de respeto, con esta moto en nuestras manos, no halagar al sufrido pasajero de pruebas con un viaje en primera clase durante unos kilómetros.

Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK, el sofá de mi casa es más incómodo

La frase que acabáis de leer fue lo que nos dijo nuestra compañera Paula al acabar de hacer una pequeña ruta en la que aprovechamos para probar nuevo equipamiento femenino que en breve os pondremos. Y es que se nota que los americanos han pensado muy mucho con la Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK en el acompañante. Además para este año la postura ha sido revisada, ganando incluso algún centímetro para todavía ir más cómodo.

Con dos grandes plataformas, un asiento mullido con un alto respaldo y dos apoyabrazos donde también van integrados los altavoces (del equipo de audio y demás equipamiento electrónico hablaremos mañana), cuesta decirle que ya se ha acabado y que se tiene que ir para su casa. La verdad es que es la primera vez que he sentido auténtica envidia de no poder darme un paseo en la parte trasera porque la experiencia tiene que ser única.

Aunque no todo es bueno ya que, y tras montar varias personas, todas llegaron a un par de conclusiones importantes. La primera de ellas es que debido a la distancia tan enorme entre el piloto y el pasajero, el poco aire que se cuela detrás del carenado produce ciertos rebufos en la espalda del conductor. Si el pasajero se echa un poco hacia adelante, el aire fluye mucho mejor con el conjunto y desaparece, pero para ello hay que separar la espalda del asiento.

El segundo detalle que notaron es que las piernas no quedan del todo protegidas, o al menos no tan protegidas como las del piloto y en la zona de la espinilla se nota bastante el azote del aire. Pero es que claro, cuando circulas tan mimado, notas hasta la más mínima ráfaga de aire. Cuando tenía la Super Duke, como todo era dureza y salvajadas, no había de qué quejarse. O sí, de todo.

Con todo este glamour la verdad es que se nos ha pasado la prueba rapidísima. Aunque mañana todavía tendremos ocasión de contaron un montón de cosas como el sistema de audio y GPS, las posibilidades de equipaje, consumo y mostraros una nutrida galería de fotos.

Continuará...

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