Ducati 1199 Panigale S, prueba (carretera de curvas y circuito)

Abandonamos las anodinas autopistas y empezamos a circular por carreteras convencionales, y ahora de pronto ya no hace calor. Estás centrado en disfrutar de la maravilla técnica que es esta motocicleta y te das cuenta de lo que evolucionan las cosas. Una de las primeras Yamaha R6 de carburadores con sus escasos 100 caballos de potencia era más difícil de llevar que esta Ducati 1199 Panigale S que eroga casi el doble.

En cuestiones de deportividad me cuesta encontrar peros a esta moto, la aceleración y recuperación son bestiales, la capacidad de frenada más de lo mismo, y el chasis se comporta de manera treméndamente dócil ayudado por el amortiguador de dirección Öhlins. Por suerte para mí no tuve ocasión de que entrase la actuación del ABS, pero sí es palpable la frenada combinada, actúa de maravilla, tanto que no parece que esté funcionando, pero en realidad lo que hace es evitar que haya una transferencia excesiva de pesos en los momento de echar el ancla.

Ducati 1199 Panigale S: basta de prejuicios

Las largas rectas se van retorciendo, y a medida que comenzamos a poner rumbo al puerto de La Cruz Verde pasamos por el puerto de Galapagar donde las amplias curvas de su comienzo nos dan la oportunidad de conocer el aplomo y seguridad que aporta esta moto. Trazar con decisión manteniendo el puño del gas abierto es toda una experiencia orgásmica, y el motor no se acaba aun siendo un bicilíndrico. El prejuicio de que los motores de dos cilindros no estiran es cosa del pasado, está claro que no llegan hasta las tropecientasmil revoluciones de los cuatro en línea pero, en un motor que empuja con decisión con un rango útil tan amplio de vueltas, ¿qué más da que haya que cambiar a las 10.500 rpm?.

Estamos hablando como dije antes del motor bicilíndrico producido en serie más potente de la historia, pero el trabajo que han realizado en Borgo Panigale va más allá de sacar un porrón de caballos de potencia sin que se salgan las bielas en el intento. La inyección electrónica trabaja de forma imperceptible y el acelerador transmite tus deseos a la rueda trasera como si funcionase por telequinesia. La brusquedad a la salida de las curvas no existe salvo que la busques deliveradamente y a medida que vayas arrugando la oreja con decisión a esta Ducati 1199 Panigale S más vale que tengas espacio por delante o muy claro lo que estás haciendo porque se dispara hacia delante como si fuera un dragster.

Un poquito más adelante nos topamos con unos garrotes muy hardcore en los que tenemos que frenar con decisión sin que la moto se descomponga lo más mínimo. Me ha dejado ojiplático lo poco testaruda que es cuando entras en las curvas con los frenos aún accionados y atacas el vértice, simplemente cae hacia el interior y te permite seguir ejerciendo presión sobre los frenos. La agilidad con la que transitas desde el comienzo de la curva hasta que sales es estremecedora, puedes moverla como si estuvieras montado sobre el palo de una escoba, y carece de grandes inercias que te empujen para ser un motor de tan alta cilindrada. Otro mito desmontado, las bicilíndricas no son torpes.

Terminamos el primer puerto y entramos brevemente en poblado. Ahora sí que hace calor después de sudar a los mandos de esta bestia parda y al tener que hacer un par de detenciones en ciudad con el motor a 100 grados centígrados sientes cómo tu sangre se evapora y piensas en encontrar al maldito ingeniero que decidió que la orientación de los escapes era la apropiada. Mentira, no lo es, quizá en invierno sea un punto a su favor, pero teniendo en cuenta que esta moto es para lo que es y no para andar haciendo recaditos por ahí no mola nada que tengas en cada tobillo un dragón exhalando fuego. Vámonos de aquí que me aburro haciendo resaltos.

Ducati 1199 Panigale S: dame más

Pero bueno, volvemos a retomar la subida y te das cuenta del poderío del motor al poder ir en tercera sin necesidad de cambiar salvo en curvas muy cerradas. Estirando por encima de las 8.000 vueltas ya vas superando de largo los límites legales, así que hay motor de sobra. En caso de llegar a curvas muy cerradas y te pasas bajando marchas no te preocupes, el embrague anti-rebote funciona de maravilla y si no estás acostumbrado a la retención de los grandes motores de dos cilindros no te preocupes, puedes ajustar el EBC (Engine Brake Control) en el ordenador que regula la apertura de las mariposas en retención para mitigar el freno motor.

Sólo encontrarás una perturbación en tu estado zen disfrutando sobre esta Ducati 1199 Panigale S, los temidos baches que te devolverán a la dura realidad y sólo podrás pensar en que ojalá pudieras entrar a un circuito con esta moto, que es donde parte la pana. Llegamos a la cima de la Cruz Verde más rápido de lo esperado, la gente vuelve a acercarse a la moto mientras vas a por un Aquarius y te quedas allí mirando como si fuera la mujer más bella que has visto en tu vida. Y ahora que la has invitado has conseguido tener una cita con ella, la has invitado a cenar y se ha subido a tu coche es hora de entrar a matar. ¿En tu circuito o en el mío nena?.

Un precioso, negro y rugoso asfalto liso es todo lo que necesita esta moto para hacerte disfrutar como nunca antes. Todos tus males desaparecen y estáis los dos solos, juntos, bailando al son de las curvas que forman la partitura de la pista. Aceleras fuerte y mejor que no cuentes “mil uno, mil dos, mil tres“ antes de frenar porque llegas muy rápido a la siguiente curva gracias a lo pronto que te permite abrir gas esta ducatona y sus geometrías perfectamente estudiadas con ese larguísimo basculante que no deja escapar ni un momento toda la tracción disponible.

Al llegar a las frenadas fuertes pasamos de frenar con un dedo como en carretera, a frenar con dos y no guardar más margen que el necesario para no destrozar esta bellísima italiana. Notas como la horquilla hace todo su recorrido de forma suavísima y el amortiguador situado en posición horizontal mantiene al basculante pegado al suelo como si fuera un coche es Scalextric. El chasis es tan noble y se comporta de una forma tan neutra que puedes tocar rodilla aun yendo muy despacio, pero es que en realidad en las curvas rápidas no te obliga a buscar un tercer punto de apoyo salvo que quieras lucirte, porque tiene una capacidad de inclinación tan firme que las curvas rápidas se pueden trazar a pelo, sólo descolgándose un poco y dejando que sea ella quien se encargue del trabajo sucio.

Cuando llega el momento de volver a abrir gas seguimos descubriendo la bondad del conjunto, han conseguido la que seguramente sea la mejor puesta a punto para una moto de serie deportiva que yo haya visto jamás. El reparto de pesos está equilibrado al 50% entre delante y detrás, pero al tener el centro de gravedad tan próximo al motor y estar éste tan adelantado parece que vayas montado sobre la rueda delantera y que esta obedezca cualquier deseo que pase por tu mente sin rechistar. Los cambios de dirección son casi inmediatos y sin sobresalto alguno salvo cuando un exceso de ímpetu haga aligerarse la rueda delantera y el amortiguador de dirección Öhlins actúe.

Evidentemente tus muñecas se resentirán en los cerrados semimanillares así que es hora de descansar y hacer unos cuantos estiramientos. Hay que estar en forma para poder aplicarse sobre estas motos.

Continuará…

Agradecemos profundamente la hospitalidad de Santiago Mangas en el circuito FK1 y sus instalaciones para la realización de las fotos y las tomas de vídeo, y la acogida de Miguelón, jefe de pista. También debo dar las gracias al señor Morrillu por echarme una mano con las fotos y el vídeo.

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