Mucha equipación y una medalla: Laia Sanz enseña parte de sus 150 kg de equipaje para el Dakar 2019

El Rally Dakar 2019 está a la vuelta de la esquina. La organización y sus participantes ya están ultimando los detalles de la próxima edición y mientras buena parte del material ya está camino de Perú, aún quedan maletas por hacer.

Laia Sanz nos ha mostrado cómo es parte de su maleta para esta edición del Dakar, un equipaje que en total pesa 150 y del que nos ha enseñado algunos pormenores de lo que va en sus maletas, porque no todo van a ser motos y gas.

Mucha ropa, pequeños trucos y una medalla

Para la piloto oficial de KTM lo fundamental es la equipación, dentro de la que incluye dos pares de botas para poder salir todas las mañanas con los pies secos y equipadas con unas plantillas especiales para no sufrir más de la cuenta con las lesiones de los pies.

El equipamiento de Laia también se compone de un peto nuevo de protección para el torso y los brazos que incluye un sistema de airbag desarrollado por Alpinestars y que se despliega cuando el sistema detecta una caída. Chaqueta, protector cervical y, por supuesto, una bolsa de hidratación que es obligatoria para salir a carrera.

Aparte de la equipación estrictamente de moto en la maleta de Laia se incluye un secador de pelo para no acostarse con la melena húmeda y evitar tortícolis al día siguiente, rotuladores para marcar el roadbook, crema de calor para tonificar los músculos para el frío de la mañana...

Y por supuesto, también incluye algo de material para relajarse con música durante los enlaces, un libro para las largas horas de avión, una tablet y una medalla regalada por su abuela en su primera participación del Dakar que hace las veces de talismán.

Este año 2019 será especialmente duro para Sanz. Pese a seguir contando con el apoyo oficial de KTM, la catalana ha sufrido un año 2018 realmente complicado como consecuencia de una mononucleosis y posteriormente la fiebre Q.

Estas dos patologías han hecho que Laia afronte el Dakar 2019 prácticamente sin preparación más allá de unos pocos días de entrenamiento en moto este invierno, menos de un mes en total. La baja por enfermedad de Sanz se ha prolongado prácticamente desde el mes de agosto.

El estado físico obviamente no es el mejor para correr el Rally más duro del mundo, por lo que ella misma es consciente de que esta novena participación en el Dakar no será sencilla y será complicado repetir la brillante actuación de años anteriores. "No sé cómo aguantaré las etapas más largas", apuntó Sanz durante la rueda de prensa en la que presentó su candidatura.

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