Marruecos 2011; Quinta etapa, Zagora, Erfoud, el fesh-fesh y la tormenta de arena

Una mañana más nos enfrentamos a una etapa de más de 250 kilómetros que nos llevarán de regreso a la ciudad de Erfoud. En la que predominarán los espacios abiertos atravesando el lago seco de Iriki y ríos de arena por la zona de Ramlia. En esta ocasión la etapa va a estar repleta de anécdotas desde una tormenta de arena hasta un repostaje con aditivo, en uno de los pueblos que atravesamos.

Como ya os comenté en anteriores etapas, el terreno cambia radicalmente a medida que pasan los kilómetros y en este caso después de comenzar la mañana por unas pistas sin complicación comenzamos a notar que el terreno era cada vez más arenoso a medida que nos acercábamos a la región de Ramlia. El polvo que levantaban las motos a su paso cada vez era más grande, hasta que llegamos a experimentar en nuestras carnes que es el fesh-fesh.

ACTUALIZACIÓN: Se ha actualizado el post con el vídeo de la quinta etapa.

Todos tenemos en mente la tremenda polvareda, cuando vemos las imágenes del Dakar, que levantan los participantes a su paso. Pero cuando ruedas por un terreno de fesh-fesh la cosa se agrava. Ya que esta arena o mejor dicho polvo, es tan fino que al coger un puñado entre tus manos se resbala entre los dedos. Eso hace que cuando el fesh-fesh se levanta del suelo dure en suspensión la nube de polvo unos cuantos minutos sin desaparecer.

Así nos adentramos por un río de arena tan fina que parecía que habíamos vuelto al terreno de dunas por la poca tracción de nuestras motos. Pero con una diferencia fundamental, por mucho que nos distanciáramos los unos de los otros no se veía nada. Con el paso de las primeras motos la polvareda era tan grande que con gran dificultad más que ver, intuíamos por donde teníamos que continuar nuestro camino.

Más tarde le preguntamos a Antonio Ramos como es posible que en el Dakar sean capaces de adelantar a alguien con esa polvareda y nos decía que cuando se deciden a adelantar hay en ocasiones que no ven nada, solo se concentran en el casco del piloto que van delante y si ven que este de repente se mueve con fuerza, toca agarrarse por que viene alguna dificultad.

Una vez que pasamos por esta zona de fesh-fesh, trascurría nuestra ruta por pistas sin tanto polvo y enseguida llegó la hora de repostar en uno de los pueblos. Allí una de las casas anunciaba con un cartel la venta de gasolina. En casi todos los lugares donde recostábamos, los embudos muy limpios no estaban, pero casi todos “los gasolineros” se encargaban de poner un pequeño filtro para que no pase ningún cuerpo extraño al depósito. Cual fue nuestra sorpresa al mirar dentro de este embudo tan artesanal y descubrir un gusano blanco campando a sus anchas. Fijaos bien en la foto.

Después de mucho cachondeo con el gusano y unos balones de fútbol que compraron en la tienda para dárselos a los niños del pueblo, continuamos ruta hacia el lago seco de Iriki. Impresionante paisaje desértico, en el que se puede circular a buen ritmo e incluso en paralelo dada la extensión del terreno, para así evitar el polvo que levantamos. Comenzamos a notar que a medida que transcurre el día el viento es más fuerte y se forman pequeños tornados y nubes de arena. Pero es la hora de comer y llegamos a un oasis con un gran salón restaurante. Tiene a disposición de los clientes las típicas tarjetas de visita en las que la dirección del restaurante son unas coordenadas GPS, como no podía ser de otra manera.

Una vez respuestas nuestras fuerzas y atravesando otro de estos lagos secos se ve en el horizonte una buena tormenta de arena que cada vez se aproxima más a nuestro rumbo, o nosotros a ella. Así llegó el momento en el que la visibilidad ya era escasa y realizamos una oportuna parada para reagruparnos como podéis ver en la foto. Una vez en marcha nos dispusimos a atravesar la tormenta.

Es una sensación difícil de describir, ya que pierdes la línea del horizonte por completo y todo es del mismo color del suelo. Mires donde mires no hay nada y no ves nada. Yo tuve que mirar al marcador de la moto en varias ocasiones para confirmar que no estaba parado. Y ni mucho menos lo estaba, 90 Km/h, pero la sensación era de ir flotando en la nada. Enseguida aprendí un truco, un acelerón para acercarme al compañero que sigo y por lo menos fijando la vista en su casco que aparece como un pequeño punto en la nada, la sensación de flotar y estar parado desaparece.

Fueron pocos los minutos que tardamos en atravesar la tormenta, pero el viento cada vez sopla con más fuerza y decidimos continuar por carretera en la que se ven los efectos de la tormenta con dunas que se comen parte del asfalto y toda la calzada llena de arena. Esto nos permitió llegar a una hora “decente” al hotel. Para poder adecentarnos y marchar a Erfoud a visitar el zoco y comprar algún recuerdo.

En la próxima continuamos nuestro regreso hasta Midelt con parada en el hospital. Nada grave, no preocuparse.

En Motorpasión Moto | Marruecos 2011; comienza nuestra aventura.

Marruecos 2011; Primera etapa Midelt, Erfoud, la rambla de piedras

Marruecos 2011; Segunda etapa Erfoud, Merzouga, Erfoud, el desierto del Erg Chebbi

Marruecos 2011; Tercera etapa Erfoud, Tinerhir, las gargantas del Todra

Marruecos 2011; Cuarta etapa Tinerhir, Zagora, el impresionante Saghro

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