La última brutalidad de Lazareth. Un motor Maserati V8 de 470 cv y cuatro ruedas en la LM 847

Ludovic Lazareth es conocido por hacer cosas que rozan lo raruno. Admito que no es muy de mi estilo precisamente, pero tengo que reconocer que el tío se lo curra y trabaja muy bien. Que el resultado final guste más o menos no quita para que haga un buen trabajo.

Esta (o este) Lazarez LM 847 es un ejemplo muy claro. La idea no es precisamente original porque es un engendro muy parecido al Dodge Tomahawk de 2006. Diez años después, Lazareth retoma aquella idea y junta un motoraco V8 de Maserati, un chasis a medida y un esquema de suspensión doble en ambos ejes con cuatro ruedas.

LM 847, una Dodge Tomahawk a la francesa

El motor se ha cogido directamente de un italiano de altos vuelos. Es un ocho cilindros en uve que cubica 4.691 centímetros cúbicos de admisión natural. La potencia va en la línea del conjunto, y ofrece unos más que generosos 470 caballos y 620 Nm de par motor. La fuerza se transmite por igual a las dos ruedas motrices traseras a través de cadenas.

Para detener a este monstruo se ha recurrido un sistema que cuenta con dos discos perimetrales de 420 milímetros en el eje delantero mordidos por pinzas Nissin de ocho pistones y dos discos de 255 mm con pinzas Bremabo en el trasero. La fuerza del sistema de frenado se envía desde unas bombas radiales Rizoma, marca que también provee los espejos y las manetas.

El amortiguador trasero se coloca en una curiosa posición horizontal y transversal sobre el doble basculante trasero

El asiento y el colín provienen de una Ducati 1299 Panigale, lo mismo que los silenciosos de escape que discurren por la parte inferior unidos a sendos colectores 4 en 1 hechos a mano.

La mínima carrocería está realizada en poliéster y fibra de carbono, pero lo más curioso es que la parte delantera con faros y cúpula está partida a la mitad y pivota solidariamente al compás de las ruedas delanteras. Si os fijáis bien, bajo la cúpula se encuentra la enorme admisión de aire del motor, pero así, a pelo, sin filtro ni nada.

Las suspensiones no llegan a ser independientes porque las parejas de ruedas en cada eje van unidas, pero actúan de forma oscilante para compensar la inclinación en las curvas y permitir una conducción de moto. Para mantener las cuatro ruedas pegadas al suelo en todo momento se emplean amortiguadores TFX Suspension.

Es todo un bicho y no sólo por los 400 kilos que pesa. El LM 847 tiene una longitud de 2.650 milímetros, 900 mm de ancho y 1.000 de alto. Entre los ejes hay casi dos metros (1.850 mm) y con un radio de giro que no será muy generoso posiblemente hasta haya rotondas que se le atraganten.

La aceleración tiene que ser muy bestia, pero me da la impresión que los pegajosos Michelin Power Cup Evo (aquí nuestra prueba) que monta en las cuatro ruedas van a durar medio telediario.

¡Gracias a Stewie por la pista!

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