Valentino Rossi, el sexto puesto celebrado como un podio y la enfermedad crónica de Yamaha

Ayer Jorge Lorenzo ganó por tercera vez esta temporada en un mano a mano descomunal con Marc Márquez en una de las mejores carreras del año que sirven al de Ducati para colocarse tercero en la general. Junto al podio de Andrea Dovizioso, en Yamaha ya ven a las motos italianas por delante suyo a final de temporada.

No es para menos. Maverick Viñales y Valentino Rossi han tenido en Spielberg una de las carreras más exasperantes. Clasificaron décimo primero y décimo cuarto para acabar la carrera décimo segundo y sexto respectivamente. Lo peor es ver a Rossi celebrar el sexto puesto como si de un podio se tratase al llegar al box, y es que las cosas están muy mal.

Una crisis técnica más allá de los resultados

Al finalizar la carrera, lejos de ir al parque cerrado, Valentino Rossi se dirigió a su garaje, se bajó de la moto y se fundió en un abrazo con su inseparable amigo Uccio. Nadie se esperaba un rendimiento así en carrera, ganando ocho posiciones desde una clasificación en la que no logró pasar de la Q1. Viñales sí lo consiguió, pero pasó por la Q2 sin pena ni gloria.

Las Yamaha YZR-M1 oficiales de 2018 simplemente no funcionan. No es un problema de los pilotos porque a dos estrellas de la talla de Rossi y Viñales no se les olvida pilotar de un año para otro. Para encontrar una clasificación peor del equipo oficial de Yamaha habría que remontarse a 2007.

El problema (o buena parte del problema) está en la moto, y tanto es así que el sábado la cúpula de Yamaha salió a dar la cara. Después de la desastrosa clasificación del sábado y justo antes de que los pilotos tomasen la palabra en la rueda de prensa, Kouji Tsuya (mandamás técnico de Yamaha en MotoGP) escoltado por Lin Jarvis pidió públicamente perdón a sus pilotos por el rendimiento de la M1.

Valentino Rossi suma 230 podios en el mundial de motociclismo. Verle celebrar un sexto puesto como si hubiera subido al cajón no deja en buen lugar a su moto.

"Tenemos que pedir disculpas a nuestros pilotos. Estamos trabajando duro para encontrar una solución", se lamentó el discreto japonés, pasando de puntillas sobre algunos problemas en sensores y de tracción. No es precisamente habitual que un suceso así ocurra, pero Yamaha necesitaba apartar el foco puesto sobre sus pilotos, especialmente sobre Viñales y todo el drama con Ramón Forcada.

El domingo en carrera Maverick se hundió en su particular miseria del pelotón acabando décimo segundo y cerrando el día con unas declaraciones a medio camino entre el conformismo y el pesimismo: "Para mí la carrera ha estado bien, no he tenido nuevos problemas". El catalán asegura que a principio de carrera no tiene potencia, aunque más que potencia debería decir tracción.

Al otro lado del box, Valentino Rossi, sexto, decía haber disfrutado de la carrera. "He adelantado a mucha gente y nadie me ha adelantado a mí", apuntó el italiano que durante el warm up encontró cierta mejoría en la puesta a punto de su moto que le permitió sentirse bastante más cómodo aunque reconoce que si hubiera clasificado mejor tampoco habría podido luchar con lo de delante, ni con la Honda de Crutchlow.

Perdidos por una mala decisión en pretemporada

Vale que el Red Bull Ring no es un circuito que se le dé demasiado bien a las motos de los diapasones, pero es inaudito que a la teóricamente segunda mejor moto de la parrilla se la encuentre tan insultantemente lejos. No es una crisis de victorias (que también) pese a que no ganan desde Assen 2017, es una crisis devenida por una mala elección en la configuración de la M1.

Este 2018 está siendo una travesía por el desierto y que un piloto de la talla de Valentino Rossi se congratule por acabar en sexta posición no indica nada bueno. Las palabras de Kouji Tsuya denotan no sólo que las Yamaha de MotoGP no funcionan, sino que probablemente en lo que quede de temporada no vayan a funcionar.

La configuración de la moto es un error. La llegada de Magneti Marelli como centralita única ha supuesto un espaldarazo para los de Yamaha quienes, sobre el papel, crearon una moto teóricamente similar a la de 2017 pero mejor y lo que se han encontrado los pilotos esta temporada es una montura que no da la talla.

Los síntomas son claros: La Yamaha YZR-M1 tiene una enfermedad crónica incurable que afecta a su rendimiento hasta que no se acabe la temporada 2018

Ojo, que la elección del motor, el chasis y la electrónica la decidieron los pilotos. En teoría era la mejor de todas las opciones que tuvieron a principio de temporada. El año pasado la electrónica no acababa de funcionar; este año con el nuevo motor la situación es aún peor, sobre todo porque los componentes del propulsor están congelados hasta final de temporada.

Valentino Rossi asegura que él sabe cuál es el problema que tiene sumida a Yamaha en su peor crisis desde 2013. "Desde que usamos la centralita Magneti Marelli nada funciona", pero la centralita no sería el problema en sí, sino un parche, porque el causante del mal funcionamiento de las M1 es uno de esos componentes que no se pueden tocar: el cigüeñal.

Algunas fuentes del mundial apuntan a un cigüeñal excesivamente ligero como el gran culpable. Un cigüeñal pesado ofrece un comportamiento progresivo pero lento en subir de vueltas y con demasiadas inercias al cortar gas; un cigüeñal demasiado ligero es más alegre en sus reacciones aunque puede convertir al mismo motor en una bestia demasiado nerviosa.

Ese es precisamente el problema de Yamaha hoy por hoy. El paquete de chasis-motor-electrónica que conforma el prototipo no funciona porque una de las piezas utilizadas en el motor es incorrecta, y el motor es intocable a lo largo de la temporada.

Una actualización de la electrónica que sea lo suficientemente profunda como para aplacar el comportamiento del motor debería ayudar a los pilotos a mejorar sus resultados. La clave es que no es fácil de conseguir, llegaría demasiado tarde para salvar la temporada y sólo sería un parche.

A medio plazo la situación vuelve a ser preocupante. La moto de 2019 deberá ser una moto completamente nueva, salvo que continúen con el mismo chasis y se centren en crear un motor rediseñado y una electrónica específica para ese nuevo motor. Un proyecto que debería arrancar de un folio en blanco si quieren recuperar sus opciones a la victoria.

Hasta ahora Yamaha había mantenido de forma casi milagrosa el segundo y el tercer puesto de la general. Un compendio de falta de tino de las Ducati, el bajón de Zarco y la desaparición de Pedrosa permitieron a los del Movistar Yamaha MotoGP seguir a la estela de Márquez en la tabla de puntos, pero esto se ha acabado. Viñales ahora es quinto y Lorenzo está a 12 puntos de Rossi.

Las Ducati parecen haber despertado de su letargo hasta el punto de ser la única alternativa a Marc Márquez y su Honda. Tanto en Brno como en Spielberg han derrotado al líder de la general en una confrontación directa y, aunque Márquez haya sacado la calculadora, en días como ayer se le olvida y no rehúye el enfrentamiento.

Salvo los cinco y tres podios de Rossi y Viñales respectivamente en lo que llevamos de año, no parece que Yamaha pueda optar a mucho más este 2018. Aún quedan ocho carreras, ¿veremos alguna Yamaha (oficial) en lo más alto del podio?

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