Una geisha con alma y cuerpo de café racer, así es la refinada XTR Pepo Spitfire

Cualquier base es buena si pasa por las manos adecuadas. Eso es lo que debe opinar Pepo Rosell, XTR Pepo, cuando se sienta ante cada nuevo proyecto, y por lo que parece, cada vez intenta superar el más difícil todavía porque en esta ocasión una custom tradicional como una Honda Shadow 400 se ha convertido en la café racer deportiva que ves sobre estas líneas.

Bajo la denominación Spitfire en esta ocasión nos encontramos una transformación aún más radical, pero no por su estética sino por que el viaje desde la unidad donante hasta el resultado final no puede estar en dos puntos tan distantes. Desde Japón hasta Gran Bretaña, con un resultado espectacular.

Corazón japonés y espíritu racer inglés

Comenzando con una custom de aspecto clásico en el taller, el chasis tubular de la Honda Shadow 400 además de pintarse en un intenso color rojo, se ha visto considerablemente modificado para amoldarse a sus nuevas funciones. El bajo subchasis original desaparece y se instaló en la parte su uno de nueva fabricación en tubo de acero.

La pareja de amortiguadores que unían el basculante con el subchasis también han volado, y aprovechando, todo el basculante trasero es de nueva factura. Hecho a mano también en tubo de acero y con un refuerzo superior al que se ancla un amortiguador Cantilever, su principal función es acortar la distancia ente ejes y levantar la parte trasera para variar las geometrías.

En el tren delantero encontramos material de calidad con una horquilla invertida proveniente de una Kawasaki ZX-6R con pinzas de anclaje radial Tokico que muerden unos discos floreados de 320 mm de diámetro a través de latiguillos Frentubo y una bomba de freno de Suzuki GSX-R750.

Ambas manetas son regulables y articuladas, la de embrague es de otra GSX-R, en este caso una 600. Todos los mandos se montan sobre semimanillares de GSX-R 750 anclados a las botellas de la horquilla por encima de la tija superior. Las estriberas deportivas son de Yamaha YZF-R1 con unos mandos de freno y el reenvío del cambio hechos a mano y el mando de gas rápido es cosa de Domino.

Como el motor original no estaba a la altura de las circunstancias, cogieron uno de otro despiece de Shadow 400, lo revisaron y pusieron a punto convenientemente. Los filtros de aire son XTR y la línea de escape 2-2 está, cómo no, realizada íntegramente a mano por SuperMario con colectores muy cortos terminados en sendos megáfonos que asoman por el lateral derecho.

Para la carrocería en esta ocasión se ha optado por material más moderno, utilizando un depósito de Yamaha YBR 125 adaptado para encajar en el chasis de la Shadow al que se le ha incrustado un tapón de gasolina de GSX-R750. Por lo demás no hay demasiado, sólo unos guardabarros fabricados por XTR y aderezados con un faro delantero de Mash 125, luz trasera de Montesa e intermitentes LED.

Pintumoto ha vuelto a hacer su magia con la pintura, con un trabajo clásico y sutil combinando dos colores que maridan perfectamente. Sobre una base blanca se ha añadido el rojo a juego con el chasis y el amortiguador, que contrasta con el toque de color aportado por el portanúmeros amarillo del lateral izquierdo con un bonito dorsal, nuevamente, en rojo con bordes blancos.

Canta a la legua la inspiración británica en esta maravilla de dos ruedas, así que lo de Spitfire le viene como anillo al dedo.

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