Concluyó ayer a sexta etapa del Rally Dakar 2018 y llegamos al merecido día de descanso de los pilotos y sus equipos. Con la caravana ya en tierras bolivianas, La Paz será el lugar de descanso para todos y desde allí Laia Sanz ha hecho su valoración de la primera mitad.
Esta 40ª edición del Dakar está siendo especialmente dura, quizá no en lo referente a los abandonos pero sí a dificultad. Los primeros seis días han estado dominados por la navegación, de los que Sanz ha salido relativamente airosa ocupando la 17ª plaza en la general con un ritmo muy constante.
Pese a la penalización que recibió en la jornada de ayer, Sanz mantiene una buena décimo séptima posición en la clasificación general. La dureza de la edición 2018 está patente en cada etapa pero Laia asegura que "tengo buenas sensaciones. Me siento bien y estoy llevando un ritmo que físicamente aguanto".
Ahora comienza lo más duro cuando suben por encima de los 3.000 metros en Bolivia llegando ya a los 4.400 metros en la sexta etapa. El mal de altura es una nueva amenaza a tener en cuenta pero se muestra esperanzada porque "de momento no estoy arriesgando y no he tenido caídas. Voy por el buen camino".
Sobre la sexta jornada y la penalización de dos minutos por exceso de velocidad en una zona limitada que le ha costado dos puestos tras completar la especial en 1 hora, 3 minutos y 15 segundos, Sanz asegura que "ha sido una especial muy rápida con muchas horas de ir a fondo. Había una recta de muchos kilómetros con muchos agujeros llenos de agua; había mucho que perder y poco que ganar. Lo del radar ha sido una anécdota".
El clima ha sido una pesadilla y han cambiado el calor y las dunas del desierto por el frío, la lluvia y el barro. Los 400 kilómetros de enlace han sido un calvario hasta llegar a la especial porque "hemos dormido muy poco, nos hemos muerto de frío en los enlaces y los trayectos eran eternos. Ha sido un día muy duro".
Su objetivo de entrar en el top15 está a tiro. Le separan dos posiciones y menos de 10 minutos. El top10 se antoja complicado con una distancia a más de media hora, pero Sanz mantiene la esperanza: "Esto acaba de empezar", afirma la piloto de KTM.
"Me siento bien y estoy muy contenta con la KTM 450 Rally nueva", asegura. "Sólo he tenido algún revolcón en la arena sin importancia y ya estoy recuperada del virus estomacal de los dos primeros días. Ahora estoy al 100%".
Laia es consciente de que los pilotos que tiene por detrás van a apretar en esta segunda mitad por escalar posiciones. "Mi intención es ir día a día y no fijarme mucho en lo que pasa en la general. Todo puede pasar. La carrera está abierta, pero estoy contenta y voy por el buen camino", añade.
De momento toca descansar y mañana sábado empezar por todo lo alto los dos días de etapa maratón sin asistencia técnica con un primer día entre La Paz y Uyuni.