Kawasaki J300, prueba (características y curiosidades)

Kawasaki J300, prueba (características y curiosidades)
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Casi tan rápido como os contamos los primeros detalles que pudimos observar en la presentación estática de la Kawasaki J300, Moto Sport Ángel nos brindó la oportunidad de realizar la prueba sobre ella a mediados de la semana pasada. Y lógicamente no nos podíamos negar ya que con el argumento de ser el primer scooter de la marca de Akashi y la pequeña polémica que ha traído con ello, queríamos salir de dudas por nosotros mismos.

Para los perdidos o los que llevan un tiempo desconectados, recordamos que la polémica viene por el hecho de que Kawasaki ha utilizado como base para crear su J300 la conocida Kymco Super Dink 300i. Y parece que las sinergias, al menos en el mundo de las dos ruedas no está bien visto, algo que no acabamos de comprender.

Kawasaki J300

Como ya explicamos en alguna otra ocasión, Kawasaki era la única marca japonesa de las cuatro grandes en no tener un scooter. Y para comercializar uno podía optar por dos caminos: o bien crear un modelo desde cero o basarse en otro ya existente y darle su toque personal.

Desarrollar uno desde cero, sobre todo para meterse a competir en el sector de los scooter de 300 cc requiere una gran inversión y años de desarrollo. Y te puedes dar un batacazo antológico como que equivoques porque los que ya están, te sacan muchos años de ventaja.

La otra opción es la que han seguido. Usar como base un scooter de un fabricante con tanta reputación como hoy en día tiene Kymco es una apuesta segura. Porque Kawasaki no hace como BMW con sus scooter que ha creado un cliente que antes no existía. En este caso va a compartir un trozo de pastel, pero dándoles su seña de identidad. Y aquí era donde teníamos duda si lo habían conseguido.

Kawasaki J300, diseño cien por cien Ninja

Kawasaki J300

Lo primero que podemos garantizar es que su línea exterior no recuerda en nada a su antepasado. Es cien por cien Ninja y lo podemos observar fácilmente si miramos lateralmente la zona del foco y el intermitente delantero.

Ocurre lo mismo con el anguloso faro delantero, con dos luces LED verticales o el trasero, también de LED y que recuerda al que podemos ver montado en la gama “Z”. Precisamente otro detalle nos recuerda a los modelos naked de la firma: las tres hendiduras en la parte interior del escudo.

Ya habíamos contado otros cuantos detalles distintivos de la carrocería en la presentación estática. Como por ejemplo los reposapiés sobre la plataforma. Ahora está recortada para llegar con mayor facilidad al suelo, los estribos del pasajero no están integrados sino que son plegables, unas gomas hacen de apoyo en la zona del túnel central y hemos perdido la posibilidad de llevar los pies estirados ya que no hay zona para ello tras el escudo.

Kawasaki J300

El asiento también es de nueva factura, tanto en mullido como en formas y costuras. Es más cómodo y con ello gana cinco milímetros, encontrándose ahora a 775 mm del suelo. Detrás las asas que se fusionan sobre la parrilla también son completamente nuevas, con un diseño más agresivo. Esta agresividad también la demuestra en una pantalla relativamente corta y baja.

Tenemos también similitudes como no podía ser de otra forma. El cuadro de instrumentos por ejemplo, aunque en este caso la iluminación es en azul. Está compuesto por dos esferas analógicas para la velocidad y las revoluciones y una pantalla central que muestra la temperatura, el nivel de combustible, los parciales, el total y la hora.

También vemos otros detalles que no han cambiado como la posición del clausor de arranque, en la parte derecha o la guantera situada al lado contrario y que tiene como opción instalar una toma de 12 V en su interior.

Kawasaki J300, motor y parte de ciclo

Kawasaki J300

Aquí es donde menos cambios se han producido ya que utiliza prácticamente toda la base del Super Dink. Un chasis tubular en diamante fabricado en acero se encarga de dar rigidez al conjunto. A él se ancla el motor monocilíndrico de 299 cc que da una potencia, según los datos declarados por Kawasaki, de 28 cv a 7.750 vueltas.

Según observamos este dato, algo no nos cuadraba. Una rápida búsqueda por las fichas técnicas nos dio la solución. El propulsor declara los mismos caballos que el Kymco K-XCT 300i y no los del Kymco Super Dink 300i. Este último tiene una potencia algo superior, concretamente de 30 cv.

Lógicamente también el par motor es un poco superior: 30,1 Nm, a 6.250 vueltas frente a los 28,7 Nm al mismo régimen en el Kawasaki J300. Pero como veremos, no todo son cifras puras. Os adelanto que hay sorpresas muy agradables.

Pasando al apartado de suspensiones, delante tenemos una horquilla telescópica de 37 mm con 110 mm de recorrido y detrás un doble amortiguador regulable en cinco posiciones de precarga y 100 mm de recorrido. Más o menos lo que montan todos los scooter de esta categoría y suficiente para las prestaciones que puede alcanzar. No obstante, han sido retocadas por el fabricante japonés para darle su toque personal.

Kawasaki J300

En cuanto a los frenos, una pinza de doble pistón muerde un disco delantero lobulado de 260 mm mientras que detrás, también cuenta en este caso con otro disco lobulado pero de 240 mm y una pinza similar también de doble pistón. Latiguillos metálicos para ambos trenes y el ABS se ofrece como opción. No hay ningún tipo de frenada combinada.

Por último algún que otro detalle. Llanta 14 delante para un neumático 120/80-14 M/C 58S y llanta 13 detrás en medida 150/70-13 M/C 64S. El peso del conjunto varía ligeramente hacia arriba: 191 kg, tres más. Al igual que la capacidad del depósito que aumenta en medio litro hasta llegar a los 13 en total.

Con todo ello ya en nuestras cabezas, es hora de salir a la ciudad y probar qué tal se comporta y si cerrando los ojos sabríamos sobre qué modelo íbamos montados.

Continuará...

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