Honda Scoopy SH300i, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Honda Scoopy SH300i, prueba (conducción en autopista y pasajero)
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Un vistazo rápido por el retrovisor izquierdo de la Honda Scoopy SH300i mientras circulamos por el carril de aceleración de la autopista nos permite ver que nos podemos incorporar sin ningún problema. Los retrovisores cumplen perfectamente su función y tenemos una vista bastante clara de lo que sucede detrás de nosotros sin tener que hacer filigranas ni con la cabeza ni con los codos. ¿Estás sujeto? ¡Gas!

Ganamos velocidad con ganas y contundencia, y rápidamente nos ponemos a la máxima que nos permite la vía. Tenemos potencia de sobra en el puño derecho por lo que aunque la carretera pique hacia arriba, la Honda aguantará sin inmutarse los 120 km/h de marcador. Eso si, a partir de las tres cifras, la ausencia total de protección aerodinámica nos empezará a pasar factura rápidamente. Como opción, disponemos de una pantalla con protección independiente para las manos como opción que mejorará la Honda Scoopy SH300i notablemente en este apartado. Pero ojo porque las pantallas ancladas directamente a la dirección siempre generan movimientos parasitarios en la misma.

De nuevo la Honda Scoopy SH300i nos ofrece una pisada firme y contundente aunque estemos dando curvas a máxima velocidad. Únicamente deberemos tener un poco de cuidado con las típicas bañeras en apoyos, por lo que comentábamos ayer de que la suspensión está tarada un poco blanda y se vuelve bastante rebotona. Por lo demás, su comportamiento en este terreno es intachable y nos permitirá, si vivimos lejos del centro de la ciudad, utilizar las vias rápidas de circunvalación con total seguridad.

Honda Scoopy SH300i, a dúo

Honda Scoopy SH300i

Llegamos a tiempo para recoger a nuestro pasajero y junto a él, nos vamos a probar la Scoopy pero en este caso acompañado. A primera vista y a pesar de su aparente contenido espacio en el asiento, la postura es muy cómoda y hay suficiente como para viajar con relativa comodidad. En la unidad probada se le había desmontado la parrilla portabultos y el baúl trasero por lo que las dos asas traseras tampoco estaban presentes. Aun así, nuestro copiloto no se llegó a quejar por su falta y comentaba que su ubicación, de haber estado, era idónea ya que las manos caerían de forma natural sobre ellas.

En la Honda Scoopy SH300i, al contrario que en otro scooters, el pasajero cuenta con unos reposapiés específicos para él en los laterales triangulares y plegables. Son estéticamente muy bonitos pero quizás de una forma no demasiado apta si tienes los pies grandes ya que no llegan a ser una plataforma en la que puedas apoyar el pie completo pero tampoco una estribera al uso en la que puedas enganchar completamente el tacón. Aun así tampoco es difícil encontrar el sitio oportuno para llevar los pies cómodos y en este caso, nunca molestarás a los del conductor como en el caso de llevarlos también en la plataforma.

Honda Scoopy SH300i
La suciedad pasa factura cuando nos llueve durante la prueba

A dúo, el tren trasero blando se nota todavía un poco más si circulamos rápido por lo que si vas a usar mucho la moto con acompañante, es recomendable que aumentes un poco la precarga de los amortiguadores traseros, para ganar un poco en firmeza. En cuanto a prestaciones circulando de esta forma, de nuevo el comportamiento es intachable y hay suficiente para moverte con soltura por cualquier terreno, sea carretera o autopista y aun así, manteniendo una buena agilidad por ciudad.

Hacemos una parada para tomar un café y conversar sobre las impresiones que nos está ofreciendo la Honda Scoopy SH300i. Para ello tenemos dos opciones: o ponerla sobre el caballete central o bien sobre la pata lateral. Aunque su peso ronda los 170 kilos, no presenta apenas dificultad subirla al caballete. Pisamos fuerte y si queremos, nos podemos ayudar un poco con la mano derecha, tirando hacia arriba de la parte trasera.

Honda Scoopy SH300i

Si por el contrario decidimos dejarla sobre la pata lateral, debemos tener en cuenta que no contamos con freno de estacionamiento por lo que habrá que hacerlo en terreno llano. Aun así, el muelle de la pata es suficientemente duro como para que haya que hacer bastante fuerza para que se pliegue y la inclinación es suficiente como para que permanezca estable.

Ya no me queda mucho más que contaros. Bueno sí, que tal el espacio de carga, consumo y algunos detalles que siempre quedan en el tintero, pero eso será el viernes.

Continuará...

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