BMW R nineT, prueba (conducción en ciudad, carretera y autopista)

BMW R nineT, prueba (conducción en ciudad, carretera y autopista)
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Por casualidades de la vida no he probado demasiados motores bóxer entre el centenar de motos que han pasado bajo mis manos para Motorpasión Moto. Así de memoria recuerdo hace años la BMW HP2 Sport (prueba), una moto ya casi de colección pero que me llevo tocarla bajo unas terribles condiciones, lo que no facilitó mis buenas sensaciones sobre ella. Por ello al subirme a la BMW R nineT llevaba todos los sentidos activados al máximo para que no se me escapase absolutamente nada.

El recorrido que hicimos con ella fue de lo más variopinto, con tramos de carretera rápida, más revirada, autopista y finalmente entrada al centro de Madrid. Aunque en este caso y para relatarnos nuestras sensaciones, vamos a empezar por el final y ver cómo de ciudadana puede llegar a ser la BMW R nineT. Porque ya en su concepción y posibles usuarios, esta va a ser uno de sus lugares habituales de caza.

BMW R nineT, estilo y glamur en la urbe

BMW R nineT

Una moto de aspecto clásico siempre llama la atención en la ciudad. Y una roadster como la BMW R nineT no iba a ser menos. Ya no sólo por su aspecto nada tradicional sino también por el sonido que emana su doble escape firmado por Akrapović. Un sonido ronco que permite escuchar el motor bóxer en todo su esplendor. Y he de confesar que no me esperaba un sonido tan bonito de esta configuración de cilindros.

Nos colocamos a sus mandos y notamos una moto muy bajita de asiento y con un mullido correcto pero que con el paso de los kilómetros igual se nos hace un poco escaso, y puede que nos empiece a doler la culera. La caída del cuerpo sobre el manillar es muy natural. No llevamos los brazos ni muy abiertos ni muy cerrados, y el cuerpo tampoco va adelantado en exceso.

Lo mismo podríamos decir de las piernas. En nuestro caso y con la altura, puede que fuesen un poco flexionadas pero con el paso de los kilómetros no se nos resintieron las rodillas así que aprueba con nota este apartado, el de la ergonomía. Independientemente de vuestra altura, os sentiréis muy cómodos.

Es de agradecer detalles como ambas manetas regulables para que encontremos a distancia óptima de ellas dependiendo del tamaño de nuestras manos. En el caso de que montemos el colín Cafe Racer opcional de aluminio, este se encuentra a la suficiente distancia para no molestar pero en caso de que queramos, servir como tope en aceleraciones. No estaremos encajonados en ningún momento.

BMW R nineT

Pulsamos el botón de arranque y el bicilíndrico bóxer nos saluda con su tradicional balanceo hacia la derecha. Hay gente que se echa las manos a la cabeza por esto y nunca entenderemos porque, sobre todo teniendo en cuenta que un motor con cilindros opuestos está, por construcción, perfectamente equilibrado mientras circulamos. Pero bueno, hay gente pa'to.

Engranamos primera velocidad con una suavidad pasmosa. Porque suavidad es la tónica en la BMW R nineT cuando estamos a sus mandos. Marcha tras marcha, estas entran perfectamente con tacto de mantequilla y la moto más que moverse parece que flota sobre el asfalto. Además un reducido radio de giro nos permite mover la moto con muchísima soltura entre el tráfico, gracias también al tamaño del manillar y al bajo centro de gravedad.

Los frenos, sobre todo el delantero tienen un tacto y mordiente correcto por ciudad. Suficiente para detener la moto con garantías ayudados por el ABS para que todo permanezca bajo control. Por último y aunque en Madrid la temperatura era primaveral, no os puedo decir si el motor emana o no mucho calor sobre las piernas. En todo caso, lo hará igual que la BMW R 1200 R ya que aquí no hay ninguna variación.

BMW R nineT, divertida y capaz en carretera

BMW R nineT

A medida que la carretera se despeja de coches y vamos jugando un poco más con ella, nos damos cuenta de que el aspecto clásico de la BMW R nineT sólo se percibe en su apariencia. A los mandos es una moto del Siglo XXI y extremadamente capaz en carretera. ¿Cuánto? Suficiente para dar algún susto a más de uno con motos naked supuestamente más deportivas.

La parte de ciclo está extremadamente bien puesta a punto, con una horquilla que nos susurra en todo momento lo que está pasando en la rueda delantera y un amortiguador trasero que funciona en consonancia con la parte anterior. El mal rollito nos viene en pensamientos cuando apretamos el ritmo, ¿estaremos tumbando mucho? ¿pegaremos con los cilindros emulando al Joe Bar Team? Pues tampoco porque antes habría que hacerlo con las estriberas. Y aunque pegar se puede llegar a pegar si inclinamos en modo inglés, tampoco es que sea fácil.

No tenemos más remedio que volver a hablar del sonido del motor. En carretera, y sobre todo rodando varias motos juntas idénticas era maravilloso. Para que os hagáis una idea, sonaba como un enjambre de Moto3 pero multiplicado por cinco en cuanto a gravedad en el tono. Mira que no es la primera vez que oímos quejas de la gente en cuanto al sonido de las BMW, que es más bien bajo, pero esta vez hay que quitarse el sombrero. Con el escape opcional debe sonar como los ángeles.

Como es una moto que deja, nosotros nos dejamos llevar y apretamos el ritmo más si cabe. El cardan no nos hace ninguna jugarreta aunque reduzcamos relativamente algos de vueltas, aunque si decidimos bajar dos marchas a capón puede que ya le estemos exigiendo demasiado.

De igual forma y acelerando, engranar marchas alto de vueltas no es tarea sencilla y no le gusta a la BMW R nineT. El juego acelerador-embrague-palanca-embrague-acelerador requiere tacto de cirujano para que se haga sin tirones o aceleraciones a medio embrague. Por el contrario, esta misma operación a las 4.000 vueltas o menos es una gozada de realizar. Pam, pam, pam... desde parado hasta sexta, marcha tras marcha con suavidad.

Por último quizás la parte que menos me gustó de la BMW R nineT o al menos de la que esperaba otra cosa: los frenos. La combinación de discos, pinza radial de cuatro pistones y latiguillos metálicos con una bomba convencional pensaba que iba a permitir una frenada con más mordiente y mejor tacto. Frena bien y mucho, pero no tal y como te lo esperarías viendo sobre el papel el equipo de frenos.

BMW R nineT, rutera y viajera

BMW R nineT

La nueva roadster de BMW no pasará la menor parte de sus kilómetros en autopista, porque no es su ámbito. Pero si en algún momento necesitas o quieres pegarte un viaje con ella, podrás hacerlo sin ningún problema. Dejando a un lado el mullido del asiento, quizás un poco escaso, la comodidad es muy alta teniendo en cuenta que es una moto sin protección aerodinámica aparente

Y digo aparente porque circulando incluso a ritmos ilegales, la colocación de los relojes en combinación con la posición del cuerpo, hace que los primeros deriven más aire del que podrías pensar y la segunda, que no te conviertas en la vela mayor de un galeón y tengas que luchar contra los elementos como si de la Armada Invencible se tratase.

De esta forma, el paso de los kilómetros no es un tormento para el cuello, elemento que más suele acabar agotado en las motos naked. Por supuesto y después de lo visto en carretera, no hace falta que os contemos que la estabilidad, el trazar curvones a alta velocidad y su conducción es perfecta.

No pasa como en otros modelos retro que lo son también en cuando a calidad de componentes o chasis y en cuanto les exiges un poco se te empieza a secar la boca demasiado pronto. Aquí no, y con la BMW R nineT podrás hacer la carretera de circunvalación a ritmo endiablado sin problemas.

Como vemos hoy y hemos visto ayer, la moto alemana está superando con nota nuestra prueba. ¿Seguirá mañana en una posición tan alta?

Continuará...

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