BMW F 800 GT, prueba (conducción en autopista y pasajero)

BMW F 800 GT, prueba (conducción en autopista y pasajero)
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Dejamos atrás las carreteras de curvas de la sierra baja de Madrid y nos encaminamos hacia la autopista con el fin de comprobar si el nuevo carácter más rutero de la nueva BMW F 800 GT se hace notar ya, y de momento, sigue pareciéndonos una Sport Turismo. Eso sí, un poco más perezosa en los cambios de dirección rápido debido al aumento de esos cinco centímetros en la longitud del basculante, pero poco más.

BMW F 800 GT: una vuelta por las autopistas del norte de la capital

BMW F 800 GT

Retrasamos un poco nuestra postura sobre el asiento y nos lanzamos a velocidad de crucero por la A-6 y luego M-40 en busca de la A-1. De nuevo, devolvemos el reglaje de suspensión electrónica ESA a su posición más confortable. Ya que vamos a rodar por autopista, hagámoslo con la máxima comodidad aunque aunque el cambio tampoco es que aprecie mucho.

A alta velocidad, la protección es correcta pero quizás un poco inferior a lo que me esperaría con el nuevo diseño del carenado. Vale que yo soy talla alemana (caray, mira qué casualidad) pero la BMW F 800 GT es más bien tirando a formato mediterráneo, ya no solo por el asiento a 800 mm de altura (incluso los hay más bajo) sino porque la cúpula no deriva el aire demasiado arriba.

Se nota la mayor anchura permitiendo una mayor protección en la zona de hombros pero el casco sigue quedando demasiado expuesto. Quizás, una pantalla regulable aunque fuese de forma manual podría haber quedado para nota pero no se incluye de momento ni como opción otra más elevada para aquellos que vayan a hacerle muchos kilómetros de autovía, por ejemplo.

BMW F 800 GT

En la zona de las piernas, la protección sí que es más que correcta y en ningún momento tienen a abrirse las rodillas, aunque alcancemos velocidades que no reconocería ni delante de un Juez. De igual forma los pies quedan también bastante recogidos y a resguardo de las inclemencias del tiempo.

De nuevo el propulsor de la BMW F 800 GT nos muestra gran elasticidad, permitiéndonos rodar en sexta velocidad con un remanente de potencia para casos concretos sin tener que reducir a quinta velocidad.

La rumorosidad del escape se sigue notando al lado de nuestra oreja izquierda y una vez acostumbrado a su sonido bronco se hace querer. Palabras mayores sería ponerle el Akrapovič que se ofrece como opción y que rebaja 1,7 kilos en la báscula. Seguro que sería todavía más excitante.

BMW F 800 GT

A los mandos y tras varias decenas de kilómetros, el cansancio no aparece y el asiento, con un muy buen mullido y una gran zona para dejar reposar el culamen aumenta esa sensación de confort. Únicamente ligeras vibraciones llegan de vez en cuando a las manos, pero solo en momento concretos coincidiendo que cierto régimen de giro del motor.

Por último, el aplomo de la BMW F 800 GT por este tipo de carreteras es muy bueno. En ningún momento tiendes a notar flotabilidad en la rueda delantera sino que sabes perfectamente que es lo que estás pisando.

BMW F 800 GT: tiene pinta de irse cómodo ahí, ¿eh?

BMW F 800 GT

Esta frase es la que le dije a mi pasajero invisible tras la prueba ya que en esta toma de contacto nos ha sido imposible comprobar el confort de marcha en la parte trasera. El asiento se encuentra un poco elevado y a sus lados, sendas asas permiten que el pasajero se agarre. Estas asas forman parte del propio portabultos o parrilla trasera donde se puede anclar un top-case directamente.

Los estribos, provistos de goma, están colocados en una posición bastante baja tras el trabajo realizado en el subchasis. Casi seguro y por lo poco que pude comprobar, la posición que permitirá adoptar a las piernas será muy cómoda y apta para recorridos largos sin apenas fatiga.

BMW F 800 GT

Me queda la duda de saber cómo llegarían esas vibraciones del bicilíndrico de la BMW F 800 GT en la parte media del tacómetro y si se notarían en la zona de los pies o incluso en la del asiento. Pero para ello habrá que esperar a que nos hagamos con otra unidad de pruebas para hacerle un control más exhaustivo de la zona del pasajero, algo muy importante en una GT.

Poco más ya que contaros. Únicamente dejaros emplazados a mañana, cuando concluiremos la prueba de la BMW F 800 GT hablando todavía de un montón de cosas como el consumo, la lista de accesorios opcionales, las posibilidades de carga u otros detalles que me gusta no dejarme en el tintero así como una buena galería de fotos para que podáis ver de cerca todos los detalles.

Continuará…

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