La historia que nos hace llegar Santi (gracias de nuevo) es de lo más rocambolesca ya que la policía detuvo a un periodista de una revista de motociclismo inglesa tras ser cazado por un agente de policía en una moto camuflada a 160 mph (algo más de 250 km/h). No tendría mucha más miga salvo el tema de la velocidad si no llega a ser porque el tal Andrew Stevens (que así se llama el amigo) declaró delante del juez que no se dio cuenta ya que estaba eufórico después de que su novia le diese el “sí, quiero” a su propuesta de matrimonio.
Eso si, después del calentón, de ponerse a 250 km/h, de pasar una zona con limitación de 50 mph (80 km/h) a 128 mph (206 km/h) y de calcarse un jaco delante de un policía camuflado, reconoció delante del juez que era un completo idiota por hacer eso, que era periodista y todavía no podía entender que le había pasado por la cabeza en ese momento.
Lógicamente se declaró culpable de los delitos cometidos y el Juez lo ha condenado a pagar una multa de 600 libras, es decir, unos 750 €. Espero que al menos escriba un buen artículo sobre la Yamaha R1 que estaba probado, ya que casi la ha probado a fondo.