Un genio con muy mal perder

Un genio con muy mal perder
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Muchos no dudasteis en criticar el monumental cabreo de Jack Miller en el podio de la última carrera de Moto3. El australiano, a sus 19 años, no terminó de encajar ser segundo pese a haber conseguido el doble de victorias que el actual campeón, Álex Márquez. Habéis hablado de profesionalidad y saber perder, de lo mucho que ha dejado desear su comportamiento en las últimas carreras. Curiosamente, desde el mismo día en el que la maquinaria del marketing español se puso a funcionar para hacer del afable y simpático Jack, el malo de la película. Quizás aun necesitaba varios minutos para encajar que Álex Rins le sacara de la trazada cada vez que tuvo la oportunidad. Y que luego quisiera darle la mano.

Pero eso es otra historia. Hoy quería recordaros que, ni mucho menos, los mejores pilotos del mundo han tenido buen perder. No os olvidéis de las caras de Valentino Rossi cuando Jorge Lorenzo le pisaba los talones, ni de las del propio Jorge. Cabrearse es humano, y uno no deja de ser humano por haber firmado un contrato. Para dar ejemplo, viajemos en el tiempo hasta principios de los 90. Los años en los que SBK brilló como nunca, los años de un polémico Carl Fogarty.

Corría el año 1993 y tras una temporada de altibajos con una Ducati, Borgo Panigale le fichó como piloto oficial. El británico se encontraba ante la oportunidad de su vida pero, en el camino, se metió un tal Scott Russell. El odio que tenía Carl por Russell en aquella época era de sobra conocido por todos, y al británico no le importaba mostrarlo delante de las cámaras. Fogarty, a bordo de la Ducati 888, culminó una temporada increíble en la que consiguió seis poles, once victorias y cuatro podios… pero también firmó cuatro abandonos. La otra cara de la moneda la representaba Scott Russell, que sólo ganó en cinco ocasiones, pero logró doce segundos puestos (suficiente para hacerse con el título).

El disgusto de Fogarty con el resultado se pudo ver en la última carrera del año en Estoril, un circuito medio en obras. Carl salió escopeteado en la segunda carrera dispuesto a mostrar su talento, y no falló. La diferencia entre el británico y el resto era abrumadora y los segundos se acumulaban entre el líder y el pelotón. Carl pasó orgulloso por meta, Russell pasó algo más tarde. El de Ducati, envuelto en adrenalina, comenzó a gesticular con el dedo en alto:

¡Yo soy el número uno!

Parecía decir. En cierto momento, Scott llega a la altura de Carl y pasa sin más dilación. Foggy le señala con el dedo y niega, para volver a indicar que el número uno es él. Le siguió un caballito.

La historia tras el desencuentro la sabéis muy bien, Carl ganó cuatro campeonatos del mundo de SBK y se consolidó como uno de los mejores de la historia gracias, también, a sus participaciones en carreras como el Tourist Trophy. Y Scott, bueno, Scott no.

Nota: aunque ha costado, al final he encontrado las imágenes (aproximadamente al final del vídeo):

Vídeo | Gaskrank
Fotos vía | CarlFogarty.com

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