Llevaba rumoreándose desde hace tiempo, pero ahora la noticia ya es oficial. Ha sido el propio Gregorio Serrano, director de la Dirección General de Tráfico, quien ha anunciado que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil dotará a los agentes que patrullan en motocicleta con una remesa de radares móviles.
Por primera vez las motos de la Guardia Civil contarán así con cinemómetros para medir y sancionar los excesos de velocidad, y se ha hecho tras una licitación pública adjudicada por 860.310 euros.
Multas de velocidad: un recurso fácil pero poco didáctico
En total son 60 radares móviles, cada uno a un precio de algo más de 14.000 euros, dotados de tecnología láser los que se distribuirán por todo el territorio español y su mayor novedad es que tienen un peso y un tamaño reducidos a la mínima expresión para poder ser transportados en las motocicletas.
Los dispositivos se montarán sobre un pequeño trípode extensible desde el que controlarán la velocidad de los vehículos y pasarán casi completamente desapercibidos al tener una altura de 50 centímetros aproximadamente, lo que los hará casi imposibles de detectar cuando se coloquen en los márgenes de las carreteras.
Para Serrano, este desembolso está plenamente justificado por los recurrentes excesos de velocidad que según él fueron culpables de la muerte de 300 personas en 2016. Sobre la diferencia entre velocidad excesiva e inadecuada no ha comentado nada, así como tampoco sobre el deplorable estado de muchas vías de nuestro país, a fin de cuentas el estado de las carreteras no es competencia directa de la DGT.
Las multas en plan francotirador vuelven a ser el recurso fácil para intentar que se corra menos en las carreteras, pero al mismo tiempo conviene recordar que el año pasado se recaudaron 164,2 millones de euros sólo en multas de tráfico. Especialmente las vías secundarias se han vuelto especialmente suculentas desde que la DGT se volcase en su vigilancia.
De la educación vial como asignatura obligatoria o una formación continuada para los conductores mejor ni hablamos, que parece que en la DGT les da alergia..