Tras haber desgranado a principios de año cómo es la participación en el Motostudent de un equipo en su primera aventura, hoy veremos cómo se afronta éste desafío desde el punto de vista de un grupo repetidor que se presenta por segunda vez.
Los chicos de la Universidad Politécnica de Cartagena se plantaron con su Moto UPCT y un año de experiencia a sus espaldas con la intención de llevarse a la ciudad de Isaac Peral el Motostudent 2012. Pero mejor que dejemos a Daniel Albaladejo, el portavoz del equipo, que nos cuente cómo lo vivieron.
Moto UPCT: La experiencia es un grado a nivel técnico en el Motostudent
Gracias a la experiencia de la primera edición, en la que conseguimos terminar el evento en segunda posición, hemos podido mejorar muchos aspectos de cara a afrontar el desafío de la construcción del prototipo. Por ejemplo, tenemos una lista de proveedores ya realizada, conocemos con exactitud las herramientas necesarias para la construcción del prototipo, sabemos establecer con mayor precisión los tiempos de fabricación y hemos aprendido a coordinar mejor los distintos departamentos dentro del equipo sabiendo el número de personas necesarias para realizar cada una de las tareas y quién de ellos está más capacitado para realizarlas.
En la primera edición, la fabricación de la moto se realizó con todos los integrantes del equipo trabajando sobre ella, apenas hubo tiempo para realizar un correcto rodaje del motor y una puesta a punto del conjunto. En ésta segunda edición hemos distribuido las tareas entre los distintos integrantes generando un grupo de trabajo mas coordinado y cumpliendo con los tiempos establecidos a priori. Ésto nos ha permitido desarrollar un programa de rodaje, puesta a punto y pruebas de distintas configuraciones en el Circuito de Cartagena.
Moto UPCT: El factor humano
Con el bagaje ganado lo que principalmente hemos notado todos es que hemos encarado el desafío con mayor seguridad en nuestro trabajo, una mayor confianza en nuestras posibilidades y, sobre todo, la formación y experiencia que un proyecto así conlleva. No se trata de un proyecto final de carrera más, sino un proyecto llevado a la realidad y utilizado para competir con el resto de universidades. Éste factor de competitividad, obviamente, no lo tienes en otros proyectos de final de carrera, lo que hace que te motives hasta el extremo por que sabes que hay un día en el que tu trabajo no sólo se va a valorar con una nota, sino que quieres hacerlo mejor que otros y demostrar tu valía.
También, hemos aprendido a gestionar los recursos humanos disponibles, hemos trabajado bajo un presupuesto limitado y hemos aprovechado todas las posibilidades que nos ofrecían los distintos colaboradores buscando siempre obtener el máximo rendimiento del conjunto de la motocicleta.
- Motorpasión Moto: En el desarrollo ¿quién se ocupaba de qué?, ¿cómo os repartisteis el trabajo?
Daniel Albaladejo: El grupo se ha divido en varias secciones que aun trabajando en equipo se encargaban del desarrollo específico de algunos puntos. Ismael García, Antonio López, Lucas Sánchez y José Daniel Camacho se centraron en el diseño de chasis y del basculante. José Mendoza se dedicó al estudio de todos los elementos que componen la motocicleta en elementos finitos para verificar su validez en la fase de prediseño, Alberto Marín desarrolló el proyecto para la puesta en marcha de una producción en serie de 500 unidades anuales. Sergio de Haro dedicó sus esfuerzos al diseño del carenado, aerodinámica y decoración y, por último, Daniel Albaladejo desarrolló un proyecto para la optimización del motor adaptandolo a una competición de velocidad.
- MPM: ¿A nivel constructivo cómo habéis afrontado el nuevo proyecto?
D.A.: Para el año 2012 decidimos, a nivel de diseño mecánico, apostar por hacer un chasis de doble viga de aluminio basado en perfiles de inercia variable en lugar de inercia constante como en el prototipo de la primera edición. De éste modo obtenemos, sin perjudicar la rigidez del conjunto, un sistema de suspensión adaptado al piloto con varios reglajes de bieletas para ajustar la suspensión.
En cuanto a la fabricación se han tenido en cuenta mucho más los cuidados por el detalle, como la calidad de las soldaduras y el número de ellas, que el acabado superficial de los elementos constructivos fuera mucho mejor. Quizá es algo que no aporte nada al rendimiento del prototipo en pista, pero lo creímos importante porque es la forma en la que se vieran reflejadas la pasión y las ganas puestas en el diseño y fabricación de la moto.
En definitiva, lo que queríamos es que se pareciera lo máximo posible a una moto de competición salida de una empresa que se dedique a ello. Al fin y al cabo, somos como una microempresa de verdad, pero con menos recursos, y no por ello el resultado final tiene que estar reñido con un buen acabado y un rendimiento competitivo.
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