La Sega Mega Drive y nuestros primeros piques en moto

La Sega Mega Drive y nuestros primeros piques en moto
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¿Cuántos de nuestros lectores han nacido a finales de los setenta y principios de los ochenta? ¿Vosotros? Pues este artículo os lo dedico particularmente porque seguro que os sentís identificado con lo que os voy a contar. Corría 1990 cuando SEGA lanzó por fin en Europa su videoconsola de sobremesa que tanto furor había causado en Japón un par de años antes: la Sega Mega Drive.

No fue la primera y tampoco sería lógicamente la última pero al menos para mí si la considero como la superventas del momento. Hasta 1994 mantuvo el tipo. Luego llegaría la Super Nintendo que daría el relevo generacional pero en la memoria siempre nos quedará el mítico Sonic the Hedgehog. Aunque como aquí estamos en una publicación de motos.... ¡hablemos de motos!

Y es que en esta plataforma los hubo, muchos, y muy buenos. O mejor dicho, adictivos. Desde el típico formato Time Trial tan visto en las recreativos en los que tenías un tiempo máximo para ir completando cada una de las etapas y así conseguir segundos extras a otros de competición pura u otros formatos.

Lo mejor de todo es que ahora podemos volver a revivir nuestra infancia. Quizás a un chaval de los de ahora, le enseñas uno de estos juegos y se quedaría mirándonos con cara de bobo porque. ¿Eso eran gráficos espectaculares? Pues sí, lo eran. Y gracias a los emuladores, podremos sentir la adicción de picarnos con el cronómetro, con la IA o incluso contra nosotros mismos. Vamos a darle un poco de caña a un emulador de SEGA con un montón de juegos de todo tipo, pero sobre todo, de carreras.

Super Hang-On

Super Hang-On es en carreras de motos de 1987 lo que en plataformas fue Sonic. Venía incluido con la compra de la Sega Magadrive, además del erizo veloz y el Columns. Es decir, un tres en uno en juegos que tocaba tres conceptos diferentes para todo tipo de usuarios.

El Super Hang-On era la secuela de la recreativa Hang-On, mítica máquina japonesa que aquí no vimos pero sí otras similares en la que los mandos eran los semimanillares de una moto para darle el mayor realismo posible (como en la Sega Moto Champ 1973). La versión Super Hang-On, además de a la consola llegó a un montón de los primeros ordenadores: Commodore Amiga, Atari ST, Macintosh, ZX Spectrum, Amstrad CPC, etc.

Podías elegir entre dos modos de juego: arcade u original. El primero derivaba directamente de otro juego mítico, el Out Run (con su Ferrari, sus gafas de sol y la chica californiana al lado. Sony Croquet total) y como os comentaba antes, tenías un límite de tiempo para completar las etapas. El pasar por los check point intermedios te daba segundos extras para completar el recorrido.

A lomos de tu moto, volabas a 280 km/h hasta que le dabas al botón del turbo. Entonces podías disfrutar de llamas por los escapes y una punta de 324 km/h. Pero ojo, que había que dar las curvas y esquivar a otros pilotos que vista su velocidad, debían ir a lomos de las CRT de la época. Y cuatro eran los escenarios de menor a mayor dificultad: Africa (cuatro etapas), Asia (diez etapas), América (14 etapas) y Europa, el más duro con 18 etapas. Y todo ello al ritmo de cuatro melodías diferentes.

Luego tenías el modo de juego original. Este ya era más parecido a la competición ya que te enfrentabas a otros siete corredores en recorridos que incrementaban su dificultad. Si querías pasar al siguiente nivel, había que ganar sí o sí. Aquí no había límite de tiempo pero tu montura podría sufrir daños que la ralentizaban o empeoraban su manejo hasta poder obligarte a retirate de la carrera.

A medida que avanzabas podías ir mejorando la moto e incluso tener un mecánico. Mejores chasis, motores, frenos, escapes, aceite o neumáticos era todo lo que necesitabas para alzarte con la victoria final.

Lo que yo os decía. Hace 23 años te acababas quemando las pestañas a altas horas de la madrugada intentando pasar cada una de las etapas. Cuantas horas sin dormir me pasaría yo delante de la consola. Ni me lo puedo imaginar.

Kawasaki Superbike Challenge

El Kawasaki Superbike Challenge o Kawasaki Superbikes como se le conocería en Europa llegó un poco más tarde, en 1994-1995. Este ya trataba de competición pura y dura. Sólo contaba con licencia de la marca nipona pero en aquella época, todo el mundo quería una Kawasaki réplica Telefónica y algunos fue lo más cerca que nos encontramos de una de ellas.

El Kawasaki Superbike Challenge utilizaba el mismo motor que se había creado para el F1 aunque mejorado con un mayor número de polígonos por segundo. De aquella era una de las cosas que más mirábamos en un juego: la cantidad de polígonos que era capaz de procesar... aunque no entendiésemos que significaba exactamente.

Contaba con 14 circuitos, alguno de ellos réplicas de los reales además de la carrera de las 8 Horas de Suzuka. Un juego hecho en colaboración con una marca de motos nipona no podía dejar de lado la competición del año más importante para ellos.

Como en el caso del Super Hang-On en modo original, ante de cada carrera se podía configurar la moto dependiendo del tipo de circuito y de nuestra forma de pilotar. El objetivo estaba bien claro: ganar cada una de las carreras para con ello hacerte con el título del Campeón del Mundo de Superbikes.

Road Rash

Road Rash fue la caña en cuanto a juegos. No sé si jugaría más a este o al Super Hang-On, pero por el estilo. Aquí aunque la finalidad era la misma (llegar el primero a la línea de meta), lo verdaderamente importante y divertido era el cómo lo conseguías.

Y es que para lograr tu objetivo servía cualquier artimaña que se te ocurriese, pero siempre que incluyese violencia. Echar a los demás pilotos de la carretera, cerrarlos contra vehículos que venían enfrente, darle puñetazos y patadas o si tenías habilidad, robar porras y cadenas con las que dar todavía más fuerte a los adversarios. Mad Max en estado puro.

Además de llegar el primero, había que ganar pasta. Sí, en este juego tan macarra no podemos decir dinero. La pasta tenía varios fines: comprar motos más rápidas, repara la moto al final de la carrera o pagar a la policía (porque también aparecían a lomos de sus motos) si te arrestaban y acababas con tus huesos en la cárcel. Si no conseguías los objetivos al final de la carrera o no tenías para pagar, se acababa la diversión.

Ya había física en los movimientos de la moto sobre la carretera. Dependiendo si ascendíamos o descendíamos y si girábamos la moto, podríamos tener pérdidas de adherencia. Era la caña en la época (apareció en 1991). Contaba con tráfico activo, tanto en nuestra misma dirección, contraria o incluso en cruces y un montón de elementos en la carretera como señales, items, árboles, carteles, etc.

Su primera versión, Road Rash, contaba con cinco escenarios californianos: Sierra Nevada, Pacific Coast, Redwood Forest, Palm Desert y Grass Valley. 14 corredores controlados por la consola contra ti eran un buen desafío. Incluso se podía jugar a dobles pero en sistema por turnos. Ocho motos a elegir y los escenarios, a medida que avanzabas en el juego eran más largos y más complicados.

Que vicio, madre mía.

Road Rash 2

El Road Rash 2 era muy similar al anterior, usando el mismo motor de gráficos pero mejorado. Se añadieron más escenarios por Estados Unidos o incluso Hawai, Alaska, Tennessee, Arizona o Vermont. El necesario modo de dos jugadores simultáneos se añadió. De esta forma, ya no eran 14 contra 1 sino 13 contra 2, lo que igualaba un poco más las cosas.

Y si lo que querías era pulirte a tu amigo cada vez que venía a casa, existía la posibilidad de jugar en el modo Mano a Mano. Enfrentamiento uno contra otro y que ganase el mejor... o el más sucio sobre la moto.

Road Rash 3

Road Rash 3 fue el último en salir para la plataforma Sega Mega Drive ya que el siguiente en la franquicia ya aparecería para la Play Station I. Se denominaba Road Rash 3: Tour de Force; y ya el juego pasaba a ser mundial, con carreras en Brasil, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Kenia, Australia y Japón.

El número de motocicletas disponibles aumentaba a casi el doble, 15, pero además cada una de ellas podía ser mejorada. Había más armas para golpear o robar a los contrarios e incluso podías llevar varias a la vez o disponer de ellas de una carrera a otra.

Por supuesto, los gráficos mejoraban bastante (la tercera parte vio la luz en 1995) y se mantenían los modos de juego del anterior, tanto el de competición como el de enfrentamiento directo contra tu amigo.

Quizás como decía, a los jóvenes de ahora le parezcan historias de abuelo cebolleta. Pero seguro que los de mi generación se habrán echado una sonrisa al leer este artículo y acaban buscando un rato para echarse una partida. O dos o tres, que os conozco.

Emulador Mega Drive | Sega

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