La ITV y su criterio falto, precisamente, de criterio

La ITV y su criterio falto, precisamente, de criterio
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Estoy en fase pre ITV con la Yamaha TRX 850 que muchos conocéis. No porque sea un ilegal (mis anteriores motos compradas nuevas estaban siempre de estricta serie), sino porque cuando la compré incorporaba piezas de las que no dispongo la pertinente homologación.

Curiosamente cuando hace dos años la moto pasó la ITV en Madrid, lo hizo sin ningún problema. Tanto la bomba de freno como los latiguillos metálicos y las pinzas monoblock no son las que traía de serie, pero no hubo ningún problema a pesar de que la normativa dice que cualquier modificación en el sistema de frenos requiere la legalización pertinente.

Curiosamente en Asturias (y otras comunidades) empezó hace unos años una persecución en lo que al cambio de latiguillos se refiere. De esta forma y a no ser que tu moto cuenta con esta pieza de origen, no podrá pasar nunca la ITV. El motivo, el mismo que el cambio de pinzas o bomba: un aumento del poder de frenado de la moto puede poner en riesgo otras partes que no han sido dimensionadas para los esfuerzos que ahora tendría que soportar y, por lo tanto, debe ser inspeccionado por un ingeniero y realizar las pertinentes pruebas de frenado.

Incluso hasta cierto punto vea una lógica en todo esto ya que muchas veces la gente se excede en la preparación de la moto para un uso en carretera, únicamente por el hecho de aparentar llegando a hacer cosas absurdas como potenciar los frenos sin tocar la suspensión, por poner un ejemplo.

Yamaha TRX 850

Cierto es que en el caso concreto de los latiguillos, estos no mejoran la potencia pero sí el tacto y el aguante a la fatiga. Aunque en la mayoría de las ocasiones, el problema suele ser un líquido de frenos con demasiado tiempo o uso y que ya tiene un punto de ebullición demasiado bajo debido a su ansiedad para absorber la humedad del aire (es higroscópico). El aumento de la humedad y por lo tanto, agua, hace que baje el punto de ebullición y con ello el indeseable sensación de “fadding”.

Pero por otro lado, los latiguillos metálicos obligan también a hacer un mantenimiento mucho más exhaustivo del líquido de frenos. Normalmente todos los fabricantes recomiendan cambiarlos cada dos años, pero con latiguillos este cambio se debería hacer al año ya que incluso visualmente se observa como se ensucia de una forma mucho más acusada.

Ahora el problema viene cuando intentar restaurar una moto o como en mi caso, cuentas con una unidad muy poco vendida y de la que en muchos casos Yamaha ya ha descatalogado parte de los repuestos. Las pinzas, tarde o temprano las acabé encontrando de segunda mano y con una buena limpieza, cambio de retenes y demás quedan como nuevas.

Sin embargo los latiguillos tienen de media unos 17 años de antigüedad, son de goma y han estado expuestos a los elementos o por otro lado, a un almacenaje desconocido (si los encuentras de segunda mano). Si por ejemplo se han guardado al lado de líquidos derivados del petróleo, los gases pueden haber atacado las gomas. Confía tu vida a esto en carretera...

Te encuentras por lo tanto en una tesitura de la que no es fácil salir. Y claro, preguntas. Preguntas qué es lo que puedes hacer. Y obtienes respuesta: homologa (unos 1.000 euros incluyendo pruebas de frenada, informe de ingeniero, etc) o monta latiguillos de goma de otra moto.

¿Cómo? ¿Me estás diciendo que los metálicos no pasan la ITV porque no están homologados y tengo entonces que montar otros homologados para otra moto pero que por ser de goma, milagrosamente sirven y son “seguros”? ¿Me quieres decir que si monto unos latiguillos de una moto del 2010 en una de 1998 no pasa nada? ¿Incluso me estás diciendo que el tipo de montaje no influye? Porque una cosa que mucha gente desconoce es que no es lo mismo que de la bomba salga un latiguillo a un repartidor y de ahí vaya a una pinza y otra, o que de la bomba vaya a una pinza y luego a la segunda o que incluso se un latiguillo individual el que une la bomba con cada una de las pinzas.

Dependiendo del esquema de montaje, el diámetro del pistón de la bomba y el de las pinzas tiene que tener unas dimensiones concretas. Si no, puede que te encuentres como la base de todo principio hidráulico, ese que dice que presión es la relación entre una fuerza aplicada y el área sobre la cual actúa, se vuelve contra ti y en vez de tener que ejercer menos fuerza en la maneta tendrás que hacer el doble. ¿O por qué piensas que hay bombas con pistones de varios tamaños?

Total, que ahí estamos, sorprendido todavía como el supuesto criterio dado por la ITV respecto a la seguridad del vehículo no es más que otra pantomima más en la que es más seguro unos latiguilllos con 20 años o montar unos de una moto que nada tiene que ver y puede que incluso mal. Y porque vivo en Asturias, pero si me voy a otra ITV, pasaría sin problemas. Criterio sin criterio como decía.

Foto | El Elchevy

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