Música en la moto

Música en la moto
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¿Nunca habéis pensado en la posibilidad de poner música en la moto? ¿Nunca os habéis sorprendido tarareando alguna canción bajo el casco para ponerle banda sonora a un paisaje?

La música en la moto siempre la había conocido como un accesorio de las motos ruteras de gama alta: Goldwing, algunas BMW’s turísticas, las Electra-Glide de Harley,… y poquita cosa más. Un exotismo más de motos a las que no sabían que más añadirle. Recientemente, la relativa generalización de los dispositivos bluetooth han abierto un poco más la posibilidad de escuchar música en la moto, pero nunca me ha convencido eso de llevar la música en el casco: me da la sensación de no poder escuchar los ruidos de la circulación.

Un día, mi pareja me sorprendió con que quería escuchar música en su moto, una Honda CBF500. Pero no quería un accesorio Bluetooth, sino “música de verdad”. Y me comprometí a montarle música en la moto, pensando que sería algo relativamente sencillo. Craso error. Cuando hice la ruta por tiendas habituales de accesorios en Barcelona, me miraban como si hubiera esnifado algo. Vamos, que lo que pedía “no existe”, “tú has visto muchas películas, ¿verdad?”.

Pensé entonces en buscar algunas tiendas de accesorios custom, pero la respuesta era similar. Me había metido en un buen lío. Luego intenté adaptar unos altavoces de los que hay para reproductores mp3, pero además de no ser aguantar la lluvia, resulta que tenían poca potencia. Por esa vía, tampoco iba a resolver el tema.

En un foro de internet encontré la venta de un equipo básico de altavoces para moto. Estaba salvado. Lo compré y lo instalé en la moto. Bravo. Funcionó, pero por poco tiempo. En un viaje, se le cayó un altavoz en marcha y se acabo descuajeringo el invento. Pero ya no había marcha atrás.

Así que tocó seguir insistiendo. La perseverancia tiene su premio y finalmente, di con la web adecuada en Estados Unidos. Ahí sentí que no era el único del planeta al que se le había ocurrido que viajar en moto con música podía ser agradable. Que no era cosa de horteras o de freekies. Además, habían varias alternativas posibles. Seleccioné un par de juegos de los más sencillos y en unas semanas estuvo todo montado. En esta ocasión, el sistema es robusto, los altavoces son realmente impermeables y el pequeño amplificador tiene 100 watios, potencia más que suficiente para escuchar la música sin problemas hasta unos 140-150 kilómetros por hora, dependiendo de la protección aerodinámica de la moto.

La verdad es que el sistema funcionaba tan bien que me dio envidia. Así que encargué otro juego de altavoces y amplificador para instalarlo en mi moto de viajes, una BMW R1200 GS Adventure. Además, aunque eso siempre es opinable, los altavoces son bastante estéticas y no me parece que estropeen demasiado la línea de la moto.

Y ahora, por fin, los paisajes tienen banda sonora al viajar en moto. Y eso es sorprendentemente agradable.

Más información | Motorcycle Speakers

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