Aunque es un día laborable te has tomado la mañana libre y estás haciendo unas gestiones en alguna delegación de tu ciudad. Se viene encima la hora punta y vives relativamente cerca del centro como parar volver a casa caminando. En esto escuchas un (broom broom) rugido de un tubo de escape y no te giras de golpe como cuando tenías 16 años pero te mantienes alerta y se te va el rabillo del ojo hacia algo que se acerca que parece ser a la postre una moto deportiva de gran cilindrada.
Y es que no lo puedes evitar. Los moteros somos así, piensas. Cualquier momento del día es bueno aunque solo sea para deleitarse la vista unos instantes o escuchar la melodía de un escape bien afinado. Llegas a casa y tu pareja te recibe con algo más de, digamos, “entusiasmo” que de costumbre y sospechas que hay algo detrás de ese efusivo recibimiento. Efectivamente no tarda ni cinco minutos en pedirte que bajes, cuando puedas, eso sí, esas revistas antiguas de motos al trastero para tener un poco de hueco de sobra en el armario. No te haces el remolón, sabes que queda tiempo hasta la hora de la comida y además ya te la han preparado. Hay que colaborar y te pones con el tema cuando mientras bajas los tacos de revistas que se apilan un ejemplar cae a tus pies.
Dejas un buen puñado que tienes en la mano y te pones a hojear la que ha caído en el suelo. No es para menos, data de 1989 y sale una prueba a fondo de una de tus motos favoritas, la Yamaha FZR 1000 Exup. Miras las fotos con detenimiento y ves que no hay horquilla invertida ni pinzas de freno radiales pero te da igual. El masivo chasis deltabox brilla como la plata, sabes que el motor génesis de cinco válvulas es un prodigio de elasticidad y siempre te ha gustado esas líneas redondeadas de aquellos años. ¡Madre mía!, si la volviesen a fabricar nueva me compraría una ahora mismo.
No te das cuenta pero el taco de revistas esta desparramado por el suelo de la habitación y te ves sentado delante del ordenador buscando información de esa moto. Un poco de todo encuentras, wikipedia por aquí, una web con la historia de todos los modelos por allá. Pero hay un link que te llama la atención, pinchas y… ¡no me lo puedo creer!. Una como la que te gusta de segunda mano con menos de dos kilómetros en su marcador. Ves las fotos y esta impoluta, como si fuese una restauración o en verdad nunca se hubiese usado.
Pertenece a una web inglesa de una tienda de motos de ocasión, Specialist Motorcycles se llama. ¡Vaya tela con éstos del té a las cinco de la tarde cómo se las gastan!. Un pelo cara es, ¡que piden al cambio 9300 euros oiga!, y se te van los ojos al boleto del sorteo de la lotería que hay encima de la mesa. Una web muy curiosa, ¡si señor!. Porque hay alguna cosilla más como alguna Ducati, un par de Suzuki GSX-R del 88 y del 92. Pero es que ves un apartado que enseñan lo que han vendido y no das crédito a lo que ves.
Te sorprende enormemente la cantidad de modelos míticos que han pasado por allí y entiendes ese establecimiento como una especie de tienda para coleccionistas, aunque algún modelo moderno hay, que un concesionario de ocasión como lo conocemos en nuestro país. Bimota, Suzuki RGV 250 con motor de dos tiempos, Honda RVF y hasta alguna RC 30. Se abre la puerta de la habitación y tu pareja se lleva las manos a la cabeza, las revistas tiradas por el suelo y tú pegado al ordenador. ¡Es que no me haces ni caso!, ¡me voy a poner tubo de escape e intermitentes para que te fijes un poco en mí!. Con la orejas gachas y sin rechistar te sientas a comer, esta tarde ya recogerás la marea de revistas y… ¡Very important! que dirían los de Specialist Motorcycles: ¡Sellar la lotería!
Vía y fotos | Specialist Motorcycles
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