Sencilla y adicta al campo, la Green Fly no es la típica Royal Enfield

Sencilla y adicta al campo, la Green Fly no es la típica Royal Enfield
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Las transformaciones con base Royal Enfield no suele ser algo que abunde y las más conocidas son la “Mo Powa” y “Dirty Duck” que se presentaron en el Wheels & Waves 2016 de Biarritz. Y fue a raíz de este evento cuando, la misma Royal Enfield España, animó a Jesús de Juan, conocido creador de otras transformaciones, para que dejara volar su imaginación sobre la base de esta marca centenaria para crear esta Green Fly.

Fue difícil realizar una transformación sobre un modelo de la marca fabricada en la India, y llevarlo a cabo contra reloj para que se expusiese en el Oldies but Goldies en octubre del año pasado. Pero al final, nada se interpuso en el camino de su creador y estuvo presente a tiempo.

Una Royal Enfield mucho más campera

Royal Enfield Green Fly

Entre el resultado final y los inicios del proyecto solo existe una servilleta de papel donde Jesús realizó los primeros bocetos. En su cabeza había un par de ideas fundamentales: hacer algo innovador y “muy bestia”. Inicialmente la idea era trabajar sobre la base una Classic 500 pero con el bastidor de la Continental GT más robusto y adecuado para realizar la moto con un concepto más todoterreno.

El depósito fue sometido a un proceso de bruñido y se le aplicó un acabado verde lacado sobre plata. La parte posterior sustituye la clásica doble amortiguación por un monoamortiguador ligeramente desplazado a la izquierda, aunque conservando el basculante trasero original GT con un refuerzo en su parte posterior.

Debajo de la base del asiento se esconde todo el sistema eléctrico de la moto: regulador, ECU, intermitencias, relés y fusibles

El conjunto sin la triangulación de la caja del filtro y con el asiento en voladizo da una sensación de ligereza sin tener que recurrir a alargar el basculante. De hecho, el final del asiento prácticamente coincide con el comienzo de la rueda posterior. La combinación verde metalizado con el negro del asiento, el bastidor y el motor fue el origen de su nombre: “Green Fly” (Mosca Verde).

Royal Enfield Green Fly

En lo que respecta a las ruedas, se emplean unas llantas de aleación calzadas con neumáticos de tacos de gran balón con 140 mm de sección para el delantero y 150 para el trasero, y ambas acabadas con el mismo lacado del depósito, pero con los cerquillos pintados en negro para que parezca que lleva unos neumáticos mucho más grandes.

Las suspensiones se completan con una horquilla invertida acompañada de un disco delantero wave de gran diámetro y conservando para el posterior el de serie de la GT. El asiento es original de la GT sobre una nueva base con un añadido en neopreno que eleva la parte posterior y está tapizado en piel con doble pespunte cruzado en la banqueta.

En cuanto al faro, cuenta con dos ópticas polielipsoidales superpuestas y desplazadas hacia la izquierda envueltas por una careta cuadrada de metacrilato transparente lacada en verde. Y aunque la Green Fly se terminó a tiempo para su presentación, actualmente está en proceso de homologación y su versión final sufrirá algunos cambios más antes de terminarse definitivamente.

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